Tú, oh Dios, nos has puesto a prueba; nos has purificado como a la plata.Salmo 66:10.
Lectura: Salmo
66:1-20. Versículo del día: Salmo 66:10.
MEDITACIÓN DIARIA
Cuando las pruebas
llegan tenemos que aceptarlas como lección y aprender a mantenernos limpios,
porque ese es el fin de Dios al permitirlas. Con el tiempo entenderemos también
que si no hubiera sido por esas situaciones difíciles, quizá hubiéramos tenido
que pasar tiempos más apremiantes. “Él ha protegido nuestra vida, ha evitado
que resbalen nuestros pies” (v. 9). Por eso el apóstol Pablo nos manda dar
gracias en todo (1 Tesalonicenses 5:18), y asimilar perfectamente que Dios
dispone todas las cosas para el bien de quienes lo amamos (Romanos 8:28). El
Señor sabe exactamente como mover sus fichas y de algo aparentemente malo,
conducirnos a lo mejor. Más tarde sabremos agradecerle inmensamente.
Tenemos que recordar
las lecciones aprendidas y en vez de reprocharle al Señor, darle gracias. No
podemos, a esas dificultades, echarles tierra y dejarlas en el olvido. Al
revés, al salir del desierto y estar en la tierra prometida no se nos puede
olvidar de dónde nos rescató el Señor (Deuteronomio 8:10-11). Nos servirá para
tener presente el poder y la misericordia de Dios con nosotros y entender que
sin Él nada hubiéramos logrado. Que si estamos donde estamos, es porque su mano
poderosa se apropió de nosotros y darle toda la honra y gloria que se merece. “¡Bendito
sea Dios, que no rechazó mi plegaria ni me negó su amor!” (v. 20 en la
lectura).
Amado Señor: Muchas
gracias porque a través de los desiertos áridos y lúgubres que a veces nos toca
recorrer vemos tu poder, amor y protección. Gracias porque en ellos Tú nos
disciplinas precisamente para estar completamente puros ante Ti. Permite Señor
que no los olvidemos, y dejemos a un lado lo aprendido; más bien que esto nos
sirva para recordarte y siempre estar agradecidos contigo.
Un abrazo y
bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario