domingo, 5 de julio de 2015

Hay que agradecer las pruebas




Tú, oh Dios, nos has puesto a prueba; nos has purificado como a la plata. 
Salmo 66:10.


Lectura: Salmo 66:1-20.  Versículo del día: Salmo 66:10.

MEDITACIÓN DIARIA

Cuando las pruebas llegan tenemos que aceptarlas como lección y aprender a mantenernos limpios, porque ese es el fin de Dios al permitirlas. Con el tiempo entenderemos también que si no hubiera sido por esas situaciones difíciles, quizá hubiéramos tenido que pasar tiempos más apremiantes. “Él ha protegido nuestra vida, ha evitado que resbalen nuestros pies” (v. 9). Por eso el apóstol Pablo nos manda dar gracias en todo (1 Tesalonicenses 5:18), y asimilar perfectamente que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo amamos (Romanos 8:28). El Señor sabe exactamente como mover sus fichas y de algo aparentemente malo, conducirnos a lo mejor. Más tarde sabremos agradecerle inmensamente.
Tenemos que recordar las lecciones aprendidas y en vez de reprocharle al Señor, darle gracias. No podemos, a esas dificultades, echarles tierra y dejarlas en el olvido. Al revés, al salir del desierto y estar en la tierra prometida no se nos puede olvidar de dónde nos rescató el Señor (Deuteronomio 8:10-11). Nos servirá para tener presente el poder y la misericordia de Dios con nosotros y entender que sin Él nada hubiéramos logrado. Que si estamos donde estamos, es porque su mano poderosa se apropió de nosotros y darle toda la honra y gloria que se merece. “¡Bendito sea Dios, que no rechazó mi plegaria ni me negó su amor!” (v. 20 en la lectura).

Amado Señor: Muchas gracias porque a través de los desiertos áridos y lúgubres que a veces nos toca recorrer vemos tu poder, amor y protección. Gracias porque en ellos Tú nos disciplinas precisamente para estar completamente puros ante Ti. Permite Señor que no los olvidemos, y dejemos a un lado lo aprendido; más bien que esto nos sirva para recordarte y siempre estar agradecidos contigo.

Un abrazo y bendiciones.


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