No envidies en tu corazón a los pecadores; más bien, muéstrate siempre celoso en el temor del Señor. Cuentas con una esperanza futura, la cual no será destruida.Proverbios 23:17-18.
Lectura: Proverbios
23:15-28. Versículos del día: Proverbios
23:17-18.
MEDITACIÓN DIARIA
Creo que si somos
sinceros, en ocasiones nos hemos preguntado: ‘¿Por qué a fulanito le va tan
bien, si ni siquiera se acuerda de Dios? O ‘miren este holgazán cómo prospera’.
Personalmente, a mí me sucedió en los tiempos de crisis. Hasta cierto punto se
siente una desilusión y una tristeza de lo que paradójicamente no se entiende. Sin
embargo, Dios no se queda quieto y es tan amoroso que busca la manera de
recordarnos, día a día su grandeza y su misericordia hasta que nos hace entender
que Él está por encima de todo y que el regalo que de verdad vale la pena es la
vida eterna y esa nadie nos la va a quitar. “De hecho, considero que en nada se
comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en
nosotros” (Romanos 8:18).
Lo que tenemos que
hacer es confiar plenamente en el Señor a pesar de las dificultades que se nos
presenten y mirar más bien lo que tenemos adelante como decía Pablo: “Más bien,
una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que
está delante, sigo avanzando hacia la
meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en
Cristo Jesús” (Filipenses 3:13b-14). Tenemos un galardón más grande que
cualquier otro. Esa es nuestra esperanza futura. Cuando comparamos lo que será
ese glorioso premio, pierde significado cualquier logro alcanzado, y por esa
misma bendita esperanza es que tenemos más bien que no avergonzarnos del
Evangelio; antes por el contrario darlo a conocer a cuantos más podamos, porque
de antemano ya sabemos que es poder de Dios para salvación (Romanos 1:16),
Amado Señor: Perdónanos
por haber quitado la mirada de Ti para ponerla en el mundo dudando de tu poder
y misericordia. Gracias por mostrarnos que lo tuyo vale más que todo el oro del
mundo y que lo que nos espera es el más rico tesoro que hayamos podido
encontrar. Solamente buen Dios, cuando comprendemos lo que nos tienes
preparado, entendemos que somos privilegiados y que somos nosotros, los que
despertamos envidia hacia los que no te conocen.
Un abrazo y
bendiciones.
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