Si le haces una promesa al Señor tu Dios, no tardes en cumplirla, porque sin duda él demandará que se la cumplas; si no se la cumples, habrás cometido pecado.Deuteronomio 23:21.
Lectura: Deuteronomio
23:21-23. Versículo del día: Deuteronomio
23:21.
MEDITACIÓN DIARIA
Estamos tan acostumbrados
a hablar por hablar y prometer por prometer, que creemos con Dios, podemos obrar
igualmente y no es así. Dios demanda de
nosotros integridad y dentro de esa integridad están lógicamente incluidas la
veracidad, la fidelidad y la gratitud. Y digo la veracidad, porque cuando no
cumplimos lo prometido, estamos actuando como mentirosos. Entonces, ¿para qué
lo dijimos? En segundo lugar fidelidad porque cumplirle al Señor es ser fiel
con Él. Y gratitud porque cumplirle las promesas al Altísimo, es ofrecerle
gratitud (Salmo 50:14).
Eclesiastés es
explícito en exhortarnos al respecto: “cuida tus pasos y acércate a escuchar en
vez de ofrecer sacrificio de necios…No te apresures, ni con la boca ni con la
mente, a proferir ante Dios palabra
alguna;… Mide, pues, tus palabras… y quien mucho habla dice tonterías. Cuando
hagas un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque a Dios no le agradan los
necios. Cumple tus votos: Vale más no hacer votos que hacerlos y no cumplirlos”
(Eclesiastés 5:1-5). Cuando se hace un voto o una promesa: “no faltará a su
palabra; hará conforme a todo lo que salga de su boca” (Números 30:2b NBLH). Es
tan delicado el tema, que es mucho mejor aprender a tener la boca cerrada que
abrirla para decir sandeces, ya que a Dios no lo podemos engañar.
Y en verdad, si
queremos ser íntegros, no solamente pongamos en práctica las promesas al Señor;
también tengamos en cuenta al prójimo que muchas veces se confía de nosotros
por una palabra salida de nuestra boca solo por salir del paso, pero sin la
menor intención de cumplir lo dicho; ¡y cuánto daño no hacemos!
Amado Señor: Definitivamente
no cumplir lo prometido especialmente a Ti es una ofensa grave que tenemos que
aprender a enmendar. Enséñanos a no pronunciar nada que vaya en quebranto de tu
adoración y en detrimento hacia nuestro prójimo. Gracias Señor porque tu
instrucción de cada día, nos lleva a tener una relación íntegra contigo y a eso
anhelamos llegar.
Un abrazo y bendiciones.
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