lunes, 27 de julio de 2015

Que nuestro testimonio sea para su exaltación y gloria




Amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más importante que todos los holocaustos y sacrificios. 
Marcos 12:33.


Lectura: Marcos 12:28-34.  Versículo del día: Marcos 12:33.

MEDITACIÓN DIARIA

Los sacrificios quedan atrás. Dios no está interesado en ellos; busca son corazones dispuestos a seguirlo y amarlo por encima de lo que pase. Los tiempos cada vez son más difíciles y creo que llegará el momento en que en verdad, el pueblo cristiano tiene que demostrar que lo es.
Por otro lado, el mandato que va a la par debe convertirse en una realidad. ¿Sí amamos al prójimo como a nosotros mismos? Tal pareciera que poco o nada nos importan los demás, puesto que impera el gobierno del ‘yo’. El que resurge por encima de todos y no quiere dejarse desbancar o el que impera con su violencia y puñal en la mano.
Considero que llegó el tiempo de la verdadera decisión. ¿Somos cristianos o no lo somos’ Hablamos y hablamos y el testimonio que ofrecemos es nulo. Si los de nuestro alrededor saben que nos decimos cristianos, nos tienen los ojos encima. Cada uno reflexionemos: la Biblia para ellos se transforma en lo que es nuestra propia vida. Preguntémonos cuál es el testimonio que estamos dejando en el trabajo, en el estudio o con los mismos de mi comunidad. Porque si nos denominamos cristianos y vemos al prójimo con desdén, con altivez, con envidia y con indiferencia, poco o nada estamos practicando lo que decimos que somos. Aprendamos a amar a Dios como lo merece y que ese mismo amor nos conduzca a amar al hermano sin barreras ni tropiezos. No permitamos que por el mal testimonio que presentemos sea blasfemado el Nombre de Dios y su Palabra, al contrario, que seamos portadores de su exaltación y gloria.

Amado Señor: Bien sabemos que los tiempos no son buenos y que la maldad del hombre perverso se propaga a velocidades alarmantes. Te rogamos Señor que no permitas que nuestra fe decaiga y nos contaminemos con odios y falsedades que nos lleven como parte de tu pueblo a dar pie para que se blasfeme tu Nombre y a la vez a ultrajar al prójimo. Llénanos de tu Santo Espíritu y danos la fortaleza necesaria para abatir al enemigo. Gracias buen Dios.

Un abrazo y bendiciones.

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