¡También yo podría hablar del mismo modo si estuvieran ustedes en mi lugar! ¡También yo pronunciaría bellos discursos en su contra, meneando con sarcasmo la cabeza!Job 16:4.
Lectura: Job
16:1-22. Versículo del día: Job 16:4.
MEDITACIÓN DIARIA
Estas fueron las palabras
de Job hacia sus amigos: Elifaz de
Temán, Bildad de Súah, y Zofar de Namat.
A pesar de que salieron de sus lugares y acordaron ir a visitarlo; a
pesar de haber hecho duelo por él (Job 2:11-13), cuando empezaron a hablar,
argumentó cada uno sus propias conclusiones y más fue el dolor que le causaron
que el ánimo que le dieron. Job sabía
perfectamente como era su oración ante el Señor y desgarraba su alma ante Él,
creyendo firmemente que es el único que puede en realidad escucharnos y no
recriminarnos (vv. 17-21).
Definitivamente como
dice el dicho: ‘Con esos amigos, para qué enemigos’. ¿Cuántas veces sucede lo mismo en el ámbito
cristiano? Y digo en el cristiano porque
es donde más se debería dar testimonio.
No les podemos pedir a los inconversos que actúen de manera distinta
porque ellos no conocen las Escrituras, pero nosotros sí. Sin embargo, ante cualquier caída, aplicamos
más bien el de: ‘Al caído, caerle”. Se
nos olvida que la exhortación debe hacerse con amor, con compasión y sin
juzgamiento alguno. Ahora, se ve por
otro lado que si una persona está mal, llámese emocional, espiritual, económica
o físicamente, en muchas ocasiones ni siquiera recibe un saludo, una visita o
una oración. No sé que será peor: si la
indiferencia o la crítica.
Reflexionemos sobre el
tema y pidámosle al Señor nos de la capacidad necesaria para aprender a ser en
verdad misericordiosos.
Amado Dios: Gracias por
tu Palabra y la instrucción que día a día nos ofreces. Te rogamos buen Señor
que pongas en nuestros corazones el deseo y la sabiduría para tender no solo la
mano sino todas nuestras fuerzas al abatido de espíritu y al que está en la
travesía del desierto.
Un abrazo y bendiciones.
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