viernes, 15 de agosto de 2014

Amar y bendecir incondicionalmente




No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto fueron llamados, para heredar una bendición.  
 1 Pedro 3:9.

Lectura: 1 Pedro 3:8-17.  Versículo del día: 1 Pedro 3:9.

MEDITACIÓN DIARIA

¡Cuánto nos cuesta callar y quedarnos quietos cuando nos ofenden!  En momentos de ira se nos olvida que somos cristianos y queremos vengarnos.  Pero esto no es lo que el Señor espera de nosotros.  El mismo Señor sufrió humillaciones, burlas, y padecimientos indecibles; sin embargo entre sus últimas palabras hubo un: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34).  El Señor predicaba un evangelio de amor y nos dejó su amor para que aprendiéramos a vivir en amor.  “Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros” (Juan 13:34).  Un mandato sin condición alguna, sea amigo o no.   “Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen” (Mateo 5:44); estas palabras se las dijo el Señor a sus seguidores, aclarándoles además, que no hay ninguna gracia amando solamente a los que nos hacen bien. 
Refiriéndonos al versículo del día, se nos dice que somos llamados a bendecir; y si esto es lo que Dios quiere no podemos hacer otra cosa, así seamos también vituperados y ridiculizados.  La lectura termina con estas palabras: “Es preferible sufrir por hacer el bien que por hacer el mal” (v. 17 en la lectura).  Nuestro deber es amar y bendecir, incondicionalmente.

Amado Señor: No es fácil poner la otra mejilla cuando ya nos han dado la primera bofetada,  pero tu Palabra también dice que todo lo podemos en Ti porque eres nuestra fortaleza.  Derrame de tu Espíritu en los tuyos, para que el fruto del amor crezca incondicionalmente en nuestros corazones.

Un abrazo y bendiciones.

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