martes, 5 de agosto de 2014

El motor que nos permite andar




Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve.    
Hebreos 11:1.


Lectura: Hebreos 11:1-40.  Versículo del día: Hebreos 11:1.

MEDITACIÓN DIARIA

La fe es el motor que nos mueve y mantiene mientras estemos aquí en este mundo.  Sin fe, sería muy difícil pasar las vicisitudes a las que nos enfrentamos a diario; pero motivados por la fe, tenemos la gran esperanza de un mejor futuro, de una vida que se mantiene a través de las promesas hechas por nuestro Hacedor para obtenerlas bien sea aquí, o después en  la patria celestial. Muchas veces creemos que si no vemos las promesas con nuestros propios ojos, es porque ya no se van a cumplir, pero observemos  lo que dice la Escritura, hablando de la descendencia de Abraham: “Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra” (v. 13).  Fue también la fe, la que llevó a Moisés a seguir adelante con el pueblo de Israel, sin ningún temor de enfrentarse al Faraón manteniéndose firme como si estuviera viendo al Invisible (v. 27).
Así pues, la fe se convierte en el motor que nos permite andar en la travesía de la vida. Si no poseemos la fe suficiente para creer lo que Dios nos dice en su Palabra sin dudar de sus promesas, simplemente pidámosle que nos la aumente. Tal vez, en ocasiones titubeamos como le pasó a Pedro cuando el Señor le dijo que echara las redes nuevamente (Lucas 5:4-5), o cuando aquel hombre se acercó al Señor para que liberara a su hijo del espíritu inmundo que lo azotaba desde niño  (Marcos 9:24).  Nuestra fe no alcanza a comprender hasta donde puede llegar a obrar la mano de Dios.  ¡Señor aumenta nuestra fe!

Amado Señor: Gracias por permitirnos conocerte y aprender que siempre estás a nuestro lado aunque no te veamos.  Gracias por las promesas que nos das; aumenta nuestra fe para que no desfallezcamos así no veamos lo prometido en esta tierra peregrina.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: