Todo el que odia a su hermano es un asesino, y ustedes saben que en ningún asesino permanece la vida eterna.1 Juan 3:15.
Lectura: 1 Juan
3:11-24. Versículo del día: 1 Juan 3:15.
MEDITACIÓN DIARIA
El que odia se convierte
en asesino. Dios quiere que todos nos
amemos, como Él nos amó. El que no ama
no ha conocido a Dios porque Dios es amor (1Juan 4:8).
Es tan importante el
amor hacia el prójimo que el mismo Señor lo puso enseguida del amor a Dios. Y es que el amor es básico en un cristiano. Por
eso hay que aprender a perdonar. Eso de
‘perdono pero no olvido’, no es válido.
Hay que tomar la decisión de perdonar del mismo modo como Dios nos
perdonó; y Él dice que nunca más se acordará de nuestras transgresiones (Jeremías
31:34); además las echó lejos como lejos
está el oriente del occidente (Salmo 103:12). Si eso lo hace Dios, siendo quien
es, ¿Quiénes nos creemos nosotros para no hacerlo?
Debemos permitir que el
amor de Dios fluya de manera natural, no solo por los que nos ofenden sino
también por los que sufren y pasan
necesidades. Por esto es que nuestro amor no debe ser “de palabra ni de labios para afuera, sino
con hechos y de verdad” (v. 18 en la lectura).
Amado Señor: Gracias
por el amor y perdón tan grande que nos ofreces día tras día. Permite que tus hijos practiquemos el
verdadero amor que nos dejaste como legado y que entendamos que sin él, nada
somos. Enséñanos a hablar menos y a
demostrar que somos diferentes con hechos y no de palabras fingidas; que amamos,
porque nos amaste primero.
Un abrazo y
bendiciones.
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