jueves, 7 de agosto de 2014

No hacernos los sordos.




Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra. 
2 Crónicas 7:14.


Lectura: 2 Crónicas 7:11-22.  Versículo del día: 2 Crónicas 7:14.

MEDITACIÓN DIARIA

Lo he dicho en otros devocionales: es al pueblo de Dios que va dirigido este mensaje; no es a los de afuera.  El Señor le hablaba al pueblo de Israel y ahora nosotros los cristianos somos su pueblo.  No dejemos más a un lado tan seria advertencia condicional.  Pongámosle la atención debida y miremos qué es lo que sucede hacemos lo que el Señor nos manda: “escucharé, perdonaré y restauraré”.  Pero, ¿cuál es la condición? Humillarse, orarle, buscarle y abandonar la mala conducta. ¿Queremos una vida, matrimonio o país mejor?  Ya sabemos la clave.  El Señor mantendrá abierto los ojos y sus oídos atentos a las oraciones (v. 15). 
El pueblo cristiano tiene que concientizarse que no sigue una religión más; que el cristianismo es un modo de vida y que para que se vea el fruto hay que perseverar hasta alcanzar la madurez espiritual, que nos permita la unidad.  Unidad que nos llevará a vivir sin peros, sin envidias, sin contiendas y deseando de verdad, un cambio total en nuestra sociedad. Es nuestro deber como cristianos, humillarnos ante Dios y pedir perdón por tanta sangre derramada en nuestra nación.

Amado Señor: Te pedimos perdón porque se nos olvida frecuentemente quienes éramos antes de conocerte y no reconocemos tu grandeza como nuestro Dios y Salvador.  Queremos clamarte de una manera especial por nuestra patria que ha sido tan lastimada; el pueblo gime y la oración es porque verdaderamente comprenda, ‘las palabras del que murió en la cruz’.

Un abrazo y bendiciones.

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