domingo, 10 de agosto de 2014

La sabiduría divina es la excelente




¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que lo demuestre con su buena conducta, mediante obras hechas con la humildad que le da su sabiduría. 
Santiago 3:13.


Lectura: Santiago 3:13-18.  Versículo del día: Santiago 3:13.

MEDITACIÓN DIARIA

No hay que confundir la inteligencia con la sabiduría.  La persona que teme a Dios posee una sabiduría procedente de lo alto; muy diferente a la que normalmente se le acredita a una del mundo.  Nuestro proceder, indicará la clase de sabiduría que poseemos.  Prosigue Santiago diciendo que si todavía hay envidias y rivalidades en el corazón es porque está dominando la sabiduría terrenal que es puramente humana y diabólica; en una palabra: nos subyuga la naturaleza pecaminosa y nos lleva a confusiones y acciones que poco demostrarían nuestro cristianismo (vv. 14, 15 y 16).  “En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacífica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera” (v. 17).
¿Con cuál de las dos sabidurías nos identificamos: con la terrenal o la del cielo?  Si no tenemos la sabiduría de Dios, podemos pedírsela: “y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie” (Santiago 1:5).  La sabiduría divina es la excelente y esa es la que debemos perseguir.

Amado Señor: Somos conscientes que con frecuencia nos dejamos guiar por envidias y rencillas que no nos permiten vivir en paz. Te pedimos perdón por actuar de manera carnal y no espiritualmente.  Necesitamos una gran dosis de tu sabiduría y te rogamos que tu Santo Espíritu nos inunde de ella.  Gracias buen Señor porque sabemos que estás atento a escucharnos y conducirnos por el camino tuyo.

Un abrazo y bendiciones. 

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