Deseen con ansias la leche pura de la palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de ella, crecerán en su salvación.1 Pedro 2:2.
Lectura: 1 Pedro
2:1-12. Versículo del día: 1 Pedro 2:2.
MEDITACIÓN DIARIA
Cuando conocemos al
Señor somos nuevas criaturas, creación nueva (2 Corintios 5:17); nacemos de
nuevo (Juan 3:3), y este nacimiento nos implica empezar a alimentarnos y desear
la leche pura de la Palabra para ir creciendo espiritualmente. Veamos que tiene que ser pura; no una leche
adulterada para no contaminarnos. Un
bebé no puede subsistir si no se alimenta de leche y es el primer paso, para
después ir digiriendo alimento más sólido. Igualmente pasa con nosotros, en un
comienzo tomamos leche espiritual; pero poco a poco a medida que vamos
creciendo, vamos también aumentando la dosis, hasta empezar con alimento más
sólido. “Yo, hermanos, no pude dirigirme a ustedes como a espirituales sino
como a inmaduros, apenas niños en Cristo. Les di leche porque no podían asimilar
alimento sólido, ni pueden todavía, pues
aún son inmaduros” (1 Corintios 3:1-3a).
Quizá cuando conocemos al Señor, nos encontramos con ese primer amor y
queremos hacer todo lo que nos dicen por agradarle. Sin embargo, muy temprano se nos olvida que si
queremos crecer, también tenemos que dejar atrás: celos, envidias, contiendas,
divisiones, orgullo, odios y rencores.
La Palabra es la leche
no adulterada y nos tenemos que alimentar con ella día tras día para que
resistamos los dardos del enemigo, y vayamos progresando en sabiduría y en el
conocimiento de Dios. Busquémosla ansiosamente para no retardar el desarrollo.
Amado Señor: Permite
que tu Palabra penetre hasta el fondo de nuestros corazones y la deseemos con
más ansias cada nuevo amanecer.
Un abrazo y
bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario