miércoles, 15 de enero de 2014

Ni las muchas aguas podrán apagar su amor




—Señor, si eres tú —respondió Pedro—, mándame que vaya a ti sobre el agua.  
 Mateo 14:28.


Lectura: Mateo 14:22-36.  Versículo del día: Mateo 14:28.

MEDITACIÓN DIARIA

Pedro, un poco incrédulo le dice al Señor: “mándame que vaya a ti sobre el agua” y el Señor le responde: “Ven” (v. 29).  Exactamente obra Pedro como lo hacemos nosotros.  Nuestra fe es tan insignificante que primero ponemos a prueba al Señor, como si fuésemos superiores a Él: — Si en verdad eres tú, mándame tal cosa, o hazme tal otra —le decimos.  Y es tan grande su amor que tampoco duda en decirnos: “Ven”. Sin embargo, nos pasa igual que a Pedro; empezamos a caminar, y tan pronto llegan las tempestades y lluvias torrenciales desconfiamos de su protección, nos dejamos llevar por el temor y la duda para pronto tener que clamarle: “¡Señor, sálvame!” (v. 30b).  Y si creemos que no nos escucha, estamos equivocados.  Antes de lo pensado, extiende su mano para sacarnos del apuro y nos cuestiona: “¿Por qué dudaste?” (v. 31b).  No alcanzó nuestra fe para creer que es el Dios Todopoderoso y que su poder abarca  toda su creación, y que ahí, en medio de ella, estamos nosotros que valemos muchísimo más que un gorrión o que los vientos y las tempestades. ¡Nuestro Dios, nunca nos dejará!
Sé que es muy fácil dejarnos llevar por la duda. El enemigo vive diciéndonos que es mentira; que nada bueno llegará; que todo saldrá mal; que es ridículo creer en sanidades o en milagros en este tiempo.  Pero recordemos que él es el padre de la mentira, el usurpador y engañador; y nuestro Papito Dios, es el Padre por excelencia que siempre busca nuestro bien. Aferrémonos a las promesas que están escritas en su Palabra, repitámoslas en voz audible cada vez que las necesitemos y alabemos al Señor sea en tiempos buenos o turbulentos para desarmar al enemigo.

Amado Padre celestial: Te damos gracias porque aunque nuestra fe es tan irrisoria, tu Palabra prevalece y siempre estás dispuesto para nosotros porque tu amor es inmutable, y nada ni nadie podrá apartarnos del amor que nos has manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: