—Señor, si eres tú —respondió Pedro—, mándame que vaya a ti sobre el agua.Mateo 14:28.
Lectura: Mateo
14:22-36. Versículo del día: Mateo
14:28.
MEDITACIÓN DIARIA
Pedro, un poco
incrédulo le dice al Señor: “mándame que vaya a ti sobre el agua” y el Señor le
responde: “Ven” (v. 29). Exactamente
obra Pedro como lo hacemos nosotros.
Nuestra fe es tan insignificante que primero ponemos a prueba al Señor,
como si fuésemos superiores a Él: — Si en verdad eres tú, mándame tal cosa, o
hazme tal otra —le decimos. Y es tan
grande su amor que tampoco duda en decirnos: “Ven”. Sin embargo, nos pasa igual
que a Pedro; empezamos a caminar, y tan pronto llegan las tempestades y lluvias
torrenciales desconfiamos de su protección, nos dejamos llevar por el temor y
la duda para pronto tener que clamarle: “¡Señor, sálvame!” (v. 30b). Y si creemos que no nos escucha, estamos
equivocados. Antes de lo pensado,
extiende su mano para sacarnos del apuro y nos cuestiona: “¿Por qué dudaste?”
(v. 31b). No alcanzó nuestra fe para
creer que es el Dios Todopoderoso y que su poder abarca toda su creación, y que ahí, en medio de ella,
estamos nosotros que valemos muchísimo más que un gorrión o que los vientos y
las tempestades. ¡Nuestro Dios, nunca nos dejará!
Sé que es muy fácil
dejarnos llevar por la duda. El enemigo vive diciéndonos que es mentira; que
nada bueno llegará; que todo saldrá mal; que es ridículo creer en sanidades o
en milagros en este tiempo. Pero
recordemos que él es el padre de la mentira, el usurpador y engañador; y
nuestro Papito Dios, es el Padre por excelencia que siempre busca nuestro bien.
Aferrémonos a las promesas que están escritas en su Palabra, repitámoslas en
voz audible cada vez que las necesitemos y alabemos al Señor sea en tiempos
buenos o turbulentos para desarmar al enemigo.
Amado Padre celestial:
Te damos gracias porque aunque nuestra fe es tan irrisoria, tu Palabra
prevalece y siempre estás dispuesto para nosotros porque tu amor es inmutable,
y nada ni nadie podrá apartarnos del amor que nos has manifestado en Cristo
Jesús, nuestro Señor.
Un abrazo y bendiciones.
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