miércoles, 29 de enero de 2014

Enseñándonos a hacer discípulos




Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.  
 Mateo 28:19-20.


Lectura: Mateo 28:1-20.  Versículos del día: Mateo 28:19-20.

MEDITACIÓN DIARIA

El Señor muere y resucita al tercer día.  Se le aparece primero a las mujeres que fueron a visitarlo en su tumba y les dice que vayan y cuenten a sus hermanos lo que han visto (vv. 1-10).
Sus discípulos se dirigen a Galilea, al monte indicado, y allí el Señor les instruye sobre lo que tienen que hacer. Les da una orden: “vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.  ¿Cómo tienen que ejecutarla? Hay que ir: “vayan”; hay que buscarlos, insistirles y después formarlos: “enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes”.  Tendremos una recompensa: “Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo”.  ¿Queremos que el Señor no nos deje un solo instante?  Hagámosle caso; ya recibimos sus instrucciones de cómo cumplir lo mandado, y en nosotros está el obedecer o no.  
Así de simple y de sencillo;  nos complicamos y le damos muchas vueltas a la orden, poco la tenemos en cuenta.  O sea, que los primeros que tenemos que aprender a obedecer somos nosotros, para de ese mismo modo tener autoridad e ir a enseñar a otros a hacer discípulos.  ¿Por qué nos costará tanto compartir?  Pidámosle al Señor que nos llene de su Santo Espíritu y que brote por doquiera que vayamos, el mensaje de salvación.

Amado Señor: Queremos ser los primeros en obedecerte y cumplir el mandato de la gran comisión que nos dejaste.  Perdónanos porque no somos sensibles a la necesidad de salvación de familiares, amigos y conocidos y hemos descuidado ese primer ministerio que nos has ordenado realizar. Te rogamos que nos llenes de tu Santo Espíritu y nos des el denuedo para compartir adiestra y siniestra; a tiempo y a destiempo.  Gracias Señor.

Un abrazo y bendiciones.

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