viernes, 10 de enero de 2014

El Señor nos demanda misericordia



Pero vayan y aprendan lo que significa: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios”.  Porque no he venido a llamar a justos sino a pecadores. 
Mateo 9:13.


Lectura: Mateo 9:9-17.  Versículo del día: Mateo 9:13.

MEDITACIÓN DIARIA

¿Por qué será que nos cuesta tanto trabajo entender la misericordia como la entiende el Señor?  Por lo general siempre nos vamos es en contra de la persona en vez de mirar solamente el pecado que lo agobia. Deberíamos amar más bien a la persona que lo lleva a cuestas, detestando el pecado que mora en ella.  Eso es lo que Dios hace con todos nosotros; si su amor y misericordia no le hubiera alcanzado, nadie seríamos salvos.
Creo que podemos hacer lo que hagamos para agradar a Dios: buenas obras, quizá sacrificios, ayunos, oraciones, ir constantemente a la iglesia e incluso servir en ella, pero si no tenemos en el corazón la virtud de la misericordia y nos dedicamos a criticar, a murmurar sobre aquel o aquella, poco vale todo lo anterior a los ojos del Señor.
No olvidemos que los primeros que necesitan esta misericordia, son los que están más próximos: padres, hijos, hermanos.  Miremos cómo se encuentran los de nuestro núcleo familiar: quizá tanta pelea, malos genios, contiendas, egoísmo es porque están suplicado de nuestra parte una atención mayor.  Quizá es una manera de salirse de su abatimiento y lo que quieren es un abrazo, un beso, una caricia, una consentida.  Tal vez, están ávidos de amor y poco se les brinda ese amor que les compense en su necesidad.  Cambiemos nuestra actitud hacia ellos y muy seguramente de igual manera, ellos también cambiarán.  Dios nos demanda sin cuestionamiento alguno: misericordia y amor, aprendamos a ofrecerlo.

Amado Señor: Perdónanos porque nos dejamos llevar solamente por lo que vemos y no amamos con la misericordia, la condescendencia y el respeto que toda persona merece.  Enséñanos a actuar como lo haces tú: sin distinción de personas y ofreciendo todo el amor y compasión que también nos has entregado.  Queremos ver también nuestros errores y cambiar las situaciones para que seas de verdad, tú, viviendo a través nuestro.

Un abrazo y bendiciones.  

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