domingo, 12 de enero de 2014

Él nos entiende y sabe cómo llevar nuestras cargas

Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.  
 Mateo 11:28.

Lectura: Mateo 11: 25-30.  Versículo del día: Mateo 11:28.

MEDITACIÓN DIARIA

La Palabra de Dios no es difícil de entender.  El Espíritu Santo nos la va revelando a medida que nos vamos disponiendo a aprenderla y a meditarla.  Dice el mismo Señor que ha sido escondida para sabios e instruidos para revelarla a los que son como niños (v. 25), y nosotros tenemos que ser como niños si queremos entrar al reino de los cielos (Mateo 19:14).
Así que cuando nos convertimos al cristianismo, nacimos de nuevo para dejar precisamente todo lo que venía de atrás.  Comenzamos una nueva vida con Cristo Jesús, y como niños empezamos a tomar la leche pura y espiritual que es la Palabra de Dios.  En esta Palabra aprendemos a dejar las cargas en Aquel que tiene todas las cosas y las conoce a la perfección (v. 27 en la lectura), y por eso, Él mismo nos hace la invitación a descansar en su lomo: “Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma” (v.29).  Sin duda alguna, lo que tenemos que hacer es conocerle y concebir sus mandatos para poder aprender de Él y entender que el Señor tiene un corazón apacible y humilde y que confiadamente podemos refugiarnos bajo su yugo suave y su carga liviana (v.30).
¡Qué gratificante es saber que el Señor las llevará por nosotros!  Sin embargo, ¡cuánto nos cuesta entender esta verdad!  Si fuese así, seguro que no andaríamos tan agobiados y cargados por los quehaceres diarios y las aflicciones que se nos presentan.
Aprendamos a descansar verdaderamente en el Señor.  Digámosle de corazón que necesitamos de Él. Orémosle sinceramente:

Amado Señor Jesús: Gracias por revelarnos tu Palabra y poner en nuestro corazón la firme convicción de que eres el Hijo de Dios quien tiene todo bajo tu disposición y cuidado, y que nosotros como ovejitas tuyas no te somos indiferentes. Gracias porque eres Tú mismo quien quieres llevar todo el peso que nos abruma porque conoces nuestra debilidad y sabes lo vulnerable que somos. ¡Necesitamos de ti, Señor!  Necesitamos tu ayuda porque solos no podemos con nuestras cargas. ¡Ven a darnos el descanso prometido!  Gracias buen Jesús.

Un abrazo y bendiciones. 

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