martes, 21 de enero de 2014

Ciegos espirituales




Jesús se compadeció de ellos y les tocó los ojos. Al instante recobraron la vista y lo siguieron. 
Mateo 20:34.


Lectura: Mateo 20:29-34.  Versículo del día: Mateo 20:34.

MEDITACIÓN DIARIA

No solo los ciegos físicos necesitan sanidad; los ciegos espirituales la necesitan mucho más. El Señor es compasivo y está pronto a tender la mano a todo el que se acerque a Él. La ceguera espiritual es mucho más difícil de sanar porque como dice el dicho: “No hay peor ciego que el que no quiere ver”.  Muchas personas por más que vean el poder  de Dios no lo aceptan o hacen caso omiso; están tan endurecidos que no ven absolutamente nada de sus beneficios. Se creen autosuficientes y que ellos no necesitan a nadie ni de nadie y menos reconocer que hay un Dios Omnipotente y amoroso que entregó a su propio Hijo en bien de la humanidad.  Estos no lo entienden o no lo quieren entender. Su orgullo y prepotencia no les permite ver más allá.
Y también se encuentran los que sí han comprobado su compasión y misericordia; los que han recobrado la vista de su espíritu pero al final se olvidan de quién fue la obra y no le siguen porque no son agradecidos.
Hay que pedirle al Señor que toque los ojos de todos aquellos que no ven su grandeza y poder y que a todos nos enseñe, a no quedarnos como únicos con los ojos abiertos. Una manera de demostrarle agradecimiento es ayudar a otros a encontrar el camino que conduce hacia Él; tocar sus ojos y permitirles ver la verdadera luz que alumbra la vida.

Amado Señor: Te  damos gracias porque antes éramos ciegos y ahora vemos la magnitud de tus obras empezando por nuestras propias vidas. Gracias porque en nosotros también pusiste tus manos bondadosas y nos permitiste conocerte para alcanzar la gloria eterna. Enséñanos a ser agradecidos contigo y compartir a diestra y siniestra tu mensaje revelador de la salvación.

Un abrazo y bendiciones.

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