Dondequiera que vayan, prediquen este mensaje: “El reino de los cielos está cerca.” Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente.Mateo 10:7-8.
Lectura. Mateo 10:1-33. Versículos del día: Mateo 10:7-8.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor escogió a doce
como sus discípulos y los envió a predicar el mensaje de salvación, incluyendo
las sanidades del cuerpo como las dolencias del alma y la liberación
espiritual. El Padre, le dio la potestad
(Mateo 28:18), para delegar en ellos su autoridad: “y les dio autoridad para
expulsar a los espíritus malignos y sanar toda enfermedad y toda dolencia” (v.
1 en la lectura).
Nosotros somos ahora
los discípulos de Jesús y nos corresponde igualmente desarrollar este
ministerio sin preámbulos de ninguna clase; simplemente obedeciendo lo que dice
su Palabra y con su autoridad y poder llegar a la gente y hacerles bien.
Notemos la última parte
del versículo 8; es muy importante que esto se ponga en práctica: “Lo que
ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente”. En ninguna parte dice que se den prebendas
por recibir la sanidad ni por expulsar demonios. Claro que tampoco hay que confundir esto con
lo que nos corresponde con el diezmo y las ofrendas. Una cosa es una cosa, y otra bien diferente
querer llenar las arcas a costa de los feligreses de una iglesia. Hay que
pedirle al Señor sabiduría para actuar con sensatez. Infortunadamente por cuestiones de esta índole
la Iglesia cristiana está en la mira de los inconversos que la critican, y con
sobrada razón.
Así pues, que
simplemente hagamos lo que nos corresponde, obedeciendo el mandato de: —Dondequiera
que vayan, prediquen este mensaje: “El reino de los cielos está cerca”; y
asistamos a quienes estén afligidos tanto del alma, como del cuerpo o del espíritu,
sin pedir nada a cambio.
Amado Señor Jesús: Te
damos gracias por ser escogidos como discípulos tuyos. Permite que en verdad demos honor a este apelativo
y seamos útiles en la proclamación del Evangelio por donde quiera que vayamos.
Un abrazo y bendiciones.
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