Luego Dios el Señor dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada».
Génesis 2:18.
Lectura: Génesis
2:15-25. Versículo del día: Génesis
2:18.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor Dios, creó al
hombre primero y se dio cuenta que no era conveniente que viviera solo; por eso
decidió hacerle una ayuda idónea. Narra la Biblia aquí en este mismo capítulo
que entonces formó a las aves del cielo y a los animales de la tierra y le impuso la tarea de buscarles nombre a todos
ellos. Dice también, exactamente lo
siguiente: “Sin embargo, no se encontró entre ellos la ayuda adecuada para el
hombre” (v. 20). Adán pues, al cumplir
su labor se dio cuenta que ninguno de ellos podía servirle como su ayuda
idónea. Entonces el Señor hizo caer a
Adán en un sueño profundo y de su mismo ser, de una costilla formó a la mujer;
se la presentó al hombre, “el cual exclamó: «Ésta sí es hueso de mis huesos y
carne de mi carne. Se llamará “mujer” porque del hombre fue sacada»” (v.23), y
continua el relato: “Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a
su mujer, y los dos se funden en un solo ser. En ese tiempo el hombre y la mujer estaban
desnudos, pero ninguno de los dos sentía vergüenza” (vv.24-25).
Varios puntos para
tener presente: el hombre por su misma naturaleza necesita de una mujer a su
lado que lo apoye, lo levante, lo incentive, lo alegre y le colabore. Por eso mismo, al buscar a quien va a ser su
compañera por el resto de sus días, debe pedir la guía del Señor para encontrar
precisamente esa ayuda adecuada y garantizar así mismo su estabilidad
y permanencia.
También es relevante
que Dios hizo a la mujer de una costilla del hombre. En su infinita sabiduría Dios creo a la mujer
como nos dice Pedro: “como vaso frágil” (1 Pedro 3:7 VRV1960), un cristal que
se rompe fácilmente, que hay que tratar con delicadeza, con dulzura y brindarle
protección. No fuimos tomadas de la cabeza ni primero, porque nuestra misión no
es mandar, es acatar. Pero señores,
tampoco fuimos sacadas de los píes para que se nos ultraje y maltrate. Aquí entra a jugar un papel muy importante lo
escrito en Efesios 5:22-28 sobre lo que es la relación matrimonial.
Importante notar lo que
dice el versículo 24 de la lectura, respecto a que por causa de esa unión, se
dejará a padre y madre. Dios no quiere matrimonios donde se viva con padres o
con suegros, porque Él sabe cómo somos y que esto o conviene. Ahí sí como dice
el refrán: ‘El que se casa quiere casa y costal para la plaza”.
Por último notemos que
Adán y Eva estaban desnudos y no se avergonzaban de ello, lo cual nos demuestra
que la teoría infundada sobre el pecado no fue por tener relación sexual, fue
la de la desobediencia de comer del fruto prohibido: “pero del árbol del
conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas,
ciertamente morirás»” (v. 17).
Tengamos en cuenta
estos parámetros si queremos que nuestro hogar sea en verdad una muestra de lo
que Dios mismo instituyó. Nos compete tanto a hombres como a mujeres practicar
cada uno el rol que nos corresponde.
Amado Señor: Gracias
por haber establecido tú mismo el vínculo del matrimonio. Te pedimos porque en los hogares reine la concordia,
la paz, la tolerancia, el respeto y el amor tal como ha sido tu deseo desde el
primer instante en que lo instituiste. Rogamos también para que Satanás no se
entrometa y cambie los valores y normas establecidas por ti desde el comienzo.
Un abrazo y bendiciones.
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