lunes, 1 de julio de 2013

La justicia que procede de la fe




No quiero mi propia justicia que procede de la ley, sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios, basada en la fe. 
Filipenses 3:9.


Lectura: Filipenses 3:1-21.  Versículo del día: Filipenses 3:9.

MEDITACIÓN DIARIA

Romanos 1:17 señala que, en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe; por eso, el justo vivirá por la fe. Pablo, todo lo que consideraba ganancia, lo ve ahora como pérdida por causa de Jesucristo (vv. 7 y 8 en la lectura). Poco le importa la adversidad que ha tenido que soportar; lo importante para él, es encontrarse unido a Cristo (v. 9). Reconoce que a pesar de tantos tropiezos, continua la carrera con la esperanza de alcanzar la resurrección de entre los muertos (v. 11). Y no es que lo haya conseguido todo o que sea perfecto (v. 12). Dice, una cosa hago: “olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante” (v. 13).  Esta es la fe que Pablo nos muestra y por la cual se hace justo.
En la lectura, vemos que esa justicia procede también como regalo de Dios. No hay que desanimarse cuando las cosas salen mal o simplemente no nos salen. Hay que ir dejando atrás todo aquello que nos hace daño y más bien, esforzarnos por alcanzar “el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús” (v. 14).
“En todo caso, vivamos de acuerdo con lo que ya hemos alcanzado” (v. 16), y no como enemigos de la cruz de Cristo (v. 18). “Somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo.  Él transformará nuestro cuerpo miserable para que sea como su cuerpo glorioso, mediante el poder con que somete a sí mismo todas las cosas” (vv. 20-21).  ¿Lo entendemos? No mucho, considero; pero lo importante es continuar.  Poco a poco, el Señor con su Santo Espíritu, irá mostrándonos los errores y permitirá que nuestra fe, se convierta en su justicia.  

Amado Dios: Enséñanos a seguir adelante sin mirar atrás, sabiendo que al terminar la carrera nos espera un gran galardón. Gracias porque la justicia que conocemos ahora, procede de la fe en tu Hijo Jesús.

Un abrazo y bendiciones.

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