¡Siembren para ustedes justicia! ¡Cosechen el fruto del amor, y pónganse a labrar el barbecho! ¡Ya es tiempo de buscar al Señor!, hasta que él venga y les envíe lluvias de justicia.Oseas 10:12.
Lectura: Oseas 10:9-15. Versículo del día: Oseas 10:12.
MEDITACIÓN DIARIA
Ya no hay más tiempo de
espera. Hay que empezar a sembrar justicia y cosechar el amor: Así no veamos
amor en los demás; así nos califiquen de locos y nos traten con desdén. Ese será el barbecho que tendremos que labrar
para ir limpiando el terreno y poder abonar la justicia y el amor. El tiempo se
agota y las oportunidades también. El
Señor Jesús vino a darnos vida y vida abundante; una vida completa con un propósito
definido. No podemos quedarnos mirando al mundo con todos sus avatares y no
pensar en nosotros mismos. ¿Para dónde
voy? ¿Qué busco? ¿Cuál es el propósito de Dios conmigo? Preguntas van y vienen. Por eso ¡Ya es tiempo de buscar al Señor!, buscarle
mientras pueda ser hallado. “Busquen al Señor mientras se deje encontrar, llámenlo
mientras esté cercano. Que abandone el malvado su camino, y el perverso sus
pensamientos. Que se vuelva al Señor, a nuestro Dios, que es generoso para
perdonar, y de él recibirá
misericordia” (Isaías 55:6-7). Llegará el momento en que todo quedará sombrío y
la gracia ya no existirá.
Si no sabes del Señor
ni lo conoces, no hay tiempo para perder; empieza ya. “Conozcamos al Señor; vayamos
tras su conocimiento. Tan cierto como que sale el sol, él habrá de
manifestarse; vendrá a nosotros como la lluvia de invierno, como la lluvia de
primavera que riega la tierra” (Oseas 6:3).
Que no tengas que lamentarte más tarde; Dios mismo te ha buscado: “Así
dice el Señor, tu Redentor, el Santo de Israel: «Yo soy el Señor tu Dios, que
te enseña lo que te conviene, que te
guía por el camino en que debes andar. Si hubieras prestado atención a mis
mandamientos, tu paz habría sido como un río; tu justicia, como las olas del
mar” (Isaías 48:17-18). Y si ya lo conociste y estás alejado de Él: “debes
volverte a tu Dios, practicar el amor y la justicia, y confiar siempre en él”
(Oseas 12:6). No hay a tiempo que perder.
Es tiempo de recapacitar y reflexionar hacia dónde queremos llegar.
Amado Señor: permítenos
andar siempre por caminos de justicia y amor.
No permitas que el barbecho nos ahogue y sea un impedimento en este transitar. Queremos ir en pos tuyo, vivir pegados a ti que
eres el sol que ilumina nuestro peregrinar.
Un abrazo y
bendiciones.
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