Señor, nosotros mismos hemos aprendido que no hay nadie como tú, y que aparte de ti no hay Dios.1 Crónicas 17:20.
Lectura: 1 Crónicas 17:16-27.
Versículo del día: 1 Crónicas 17:20.
MEDITACIÓN DIARIA
Así es. Los de mi
familia, los de mi núcleo familiar en sí; hemos aprendido que no tenemos a otro
Dios distinto del que tenemos. Solamente el Señor puede hacer las maravillas
con las que continuamente nos está bendiciendo.
Situaciones van y situaciones vienen; diversas pruebas nos llegan hasta
en el momento menos esperado, pero… “A pesar de todo, el fundamento de Dios es
sólido y se mantiene firme, pues está sellado con esta inscripción: «El Señor
conoce a los suyos»” (2 Timoteo 2:19a). Si no fuera porque estamos con Él y nos
conoce totalmente, sería difícil conducirnos por esta vía. ¡Qué grande eres,
Señor omnipotente!
Por esto florecería como ingratitud el quedarnos callados y
no hablar de su Nombre. Nuestro deber es
compartir todo lo bueno que el Señor ha sido con nosotros, para que otros
entiendan su mensaje de amor. Él ha estado siempre en las crisis de salud, en
las crisis emocionales, en las crisis financieras, y por supuesto en las crisis
espirituales. Cuando ya nos sentimos cansados, sin ánimo de proseguir, nos toma
y lleva en sus brazos como resguardándonos de todo mal. Su mensaje es digno totalmente de crédito: “Si
morimos con él, también viviremos con él; si resistimos, también reinaremos con
él. Si lo negamos, también él nos negará; si somos infieles, él sigue siendo
fiel, ya que no puede negarse a sí mismo” (2 Timoteo 11-13). Su fidelidad es grande porque Él es inmutable;
jamás cambia. Muchas veces ni siquiera hacemos algo que compense tanto amor;
pero es tan fiel, que su misericordia no se hace esperar. En verdad, no
merecemos tanto. Nos sentimos
insignificantes ante tanta bondad. No me
queda más que decir como David: “Señor y Dios, ¿quién soy yo, y qué es mi
familia, para que me hayas hecho llegar tan lejos?” (v. 16 en la lectura).
Señor, mi Dios: Gracias por poner tus ojos sobre nosotros y
tenernos presente en toda situación.
Gracias por tu fidelidad; en verdad, ¡no hay nadie como tú, bendito Dios!
Somos testigos de tu amor incondicional.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario