Pues la Escritura dice: «No le pongas bozal al buey mientras esté trillando», y «El trabajador merece que se le pague su salario».1 Timoteo 5:18.
Lectura: 1 Timoteo 5:1-25.
Versículo del día: 1 Timoteo 5:18.
MEDITACIÓN DIARIA
Aunque aquí se refiere a los pastores y predicadores que
realizan tan loable labor y necesitan un
sustento para vivir, creo que el versículo es aplicable también en términos generales.
Los del común no pueden creer que esta frase haya salido del apóstol
Pablo; se espera mas bien de un Marx o Lenin, pero de la Biblia, nunca. Pablo lo consignó en su Carta basado en las
Escrituras, ya que desde el Libro de Levítico Dios manda lo siguiente: “No
explotes a tu prójimo, ni lo despojes de nada. No retengas el salario de tu
jornalero hasta el día siguiente” (Levítico 19:13). En Deuteronomio también se recalca sobre lo
mismo: “No te aproveches del empleado pobre y necesitado, sea éste un compatriota
israelita o un extranjero. Le pagarás su jornal cada día, antes de la puesta
del sol, porque es pobre y cuenta sólo con ese dinero. De lo contrario, él
clamará al Señor contra ti y tú resultarás convicto de pecado” (Deuteronomio
24:14-15). Aquí se nos habla de jornal; ahora se paga por quincenas o mesadas.
Pablo lo que hace es retomar lo mandado anteriormente, y como
haría de bien que los empleadores o grandes industriales tuvieran siempre en
cuenta estas órdenes. En otras versiones dice: “El obrero es digno de su
salario” o “Digno es el obrero de su salario”.
Sí, personalmente considero que con el salario de una persona no se
juega y que al retenerle los sueldos se está menospreciando su trabajo y por
ende su dignidad como persona. Lo triste
es que en mi ya larga vida cristiana, he visto empresarios cristianos que por
congraciarse con sus pastores donan cantidades generosas a sus congregaciones,
dejando por fuera las obligaciones que tienen con quienes les laboran. Aquí se puede aplicar lo dicho por el Señor: “¡Dan
la décima parte de sus especias: la menta, el anís y el comino. Pero han
descuidado los asuntos más importantes de la ley, tales como la justicia, la
misericordia y la fidelidad. Debían haber practicado esto sin descuidar
aquello. ¡Guías ciegos! Cuelan el
mosquito pero se tragan el camello” (Mateo 23:23-24).
En resumen, este es un mal que se ve en todas las esferas. Como cristianos, Dios nos llama a llevar una vida
recta y no podemos fallar en lo más mínimo, porque de lo contrario no sería
íntegra.
Amado Dios: Te rogamos nos enseñes a practicar el verdadero
cristianismo de tal manera, que el mundo crea en Ti por el testimonio que en
todo campo estemos ofreciendo. Perdona
Señor, si en alguna ocasión te hemos trasgredido respecto a quienes nos han
servido.
Un abrazo y bendiciones.
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