viernes, 5 de julio de 2013

El amor es la unión perfecta con Cristo




Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto. 
Colosenses 3:14.


Lectura: Colosenses 3:1-17.  Versículo del día: Colosenses 3:14.

MEDITACIÓN DIARIA

El mensaje del Evangelio es claro: Dios envío a su Hijo Jesús al mundo, por amor.  Por amor el Señor sufrió y padeció por nuestras trasgresiones. Por ese mismo amor, transmitido a sus discípulos empezó la iglesia primitiva; y por el amor tan misericordioso de Jesús, Pablo se convirtió y es el padre de los gentiles. El mismo dice: “El amor de Cristo nos constriñe” (2 Corintios 5:14 VRV).  Ese amor tan sublime, lo obliga a desmandarse por su causa. 
Quizá nunca valoramos como debiera de ser ese gran amor, o de lo contrario seríamos de acuerdo a como nos exhorta la Carta a los Colosenses a practicarlo: “Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia,  de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes” (vv. 12-13).    
El amor es el fruto precioso del Espíritu Santo y debe ser el ingrediente que nos identifique como cristianos. Somos “escogidos de Dios, santos y amados”, por consiguiente nuestro testimonio ante todo, tiene que demostrar amor. El afecto, la bondad, humidad, amabilidad, paciencia, tolerancia y perdón, tienen que estar impregnados de amor; de lo contrario, sería hipocresía demostrar otra cosa y estaríamos añadiendo un error más al primero. “El amor es el vínculo perfecto”. Recordemos que de las virtudes, la más sobresaliente es el amor (1 Corintios 13:13J).
Si nos cuesta ser bondadosos o tolerantes; si nos cuesta perdonar al agresor vez tras vez, pidámosle al Espíritu Santo que nos llene de su poder para que empiece a rebosar en nosotros el amor; de lo contrario nada de lo que hagamos tendrá valor alguno. Aparentemente, puede que lo tenga; pero en el fondo seguirá el vacío que deja la falta de amor.

Amado Señor: Enséñanos a identificarnos plenamente contigo a través del amor.  Inúndanos con tu Santo Espíritu de tal modo que quien nos mire, vea en nuestro rostro el amor tuyo, reflejado en nosotros. Señor, pero que no sea solamente, la apariencia de una cara sino que las palabras y acciones demuestren que estamos plenamente llenos de tu amor.

Un abrazo y bendiciones.

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