miércoles, 12 de diciembre de 2012

Un hogar bendecido lleno de tu amor



En el seno de tu hogar, tu esposa será como vid llena de uvas; alrededor de tu mesa, tus hijos serán como vástagos de olivo.  
 Salmo 128:3.


Lectura diaria: Salmo 128:1-6.  Versículo principal: Salmo 128:3.

REFLEXIÓN

Un hogar bendecido por el Señor se nota a leguas.  En él se conjugan diversos verbos como el de amar, respetar, tolerar, trabajar y en especial el de orar.  Así debe ser la casa de todos los que temen al Señor y siguen sus caminos (v.1).  Van de la mano los dos pilares, para que sus hijos no se caigan, y si llegaren a caerse, ellos estarán ahí, para nuevamente tenderles la mano y permitirles continuar.  Los miembros de esta familia no le temen al trabajo: “Lo que ganes con tus manos, eso comerás; gozarás de dicha y prosperidad” (v. 2).  Tampoco temen al porvenir porque sus ojos están puestos en el Dios del “hoy”, y cuando tienen que enfrentarse a la aflicción, están unánimes en oración y ruego sin desfallecer, manteniéndose firmes en las enseñanzas (Hechos 2:42); conviviendo en armonía y permitiendo que el aceite de su unción, descienda hacia todos los que les rodean (Salmo 133:2).   Tales son las bendiciones de los que temen al Señor” (v. 4 en la lectura).
¡Qué bonito encontrarse con un hogar de esta magnitud!  No reina el odio ni la envidia; al contrario, cada uno quiere ayudar al otro y mutuamente se ofrecen sus brazos para servirse de sostén. 
Tengo que decir que esto fue lo que vi en mi visita reciente a Medellín; un hogar que a pesar del dolor por la enfermedad de un ser tan querido, nunca se ha sentido derrotado;  al revés, esta situación los unió con mayor fuerza y unos a otros se fortalecen, poniendo la mirada únicamente en Aquel que es el autor y consumador de la fe: El Señor Jesucristo, quien es el Sanador y Médico por excelencia. ¡Una bendición haber compartido unos días a su lado!  Aprendí mucho de ellos.

Amado Señor: Gracias porque donde estás Tú, el amor reina.  A través tuyo todo se cree, todo se espera y todo se soporta.  Es el don del amor que inunda a  los que te aman y buscan de corazón.

Un abrazo y bendiciones,

2 comentarios:

Anónimo dijo...

GRACIAS DESDE PERU Y BENDICIONES

Dora C. dijo...

Gracias por leer el Devocional y tu comentario. ¡Gloria al Señor Jesús!