Yendo un poco más allá, se postró sobre su rostro y oró: «Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú..Mateo 26:39.
Lectura diaria: Mateo
26:36-46. Versículo principal: Mateo
26:39.
REFLEXIÓN
¡Cuántas dificultades pasamos en
la vida! Sólo que unas son más amargas
que otras. Cuando sentimos que las
fuerzas se agotan y ya no podemos resistir, pronunciamos también palabras como
las del mismo Señor Jesucristo: “Padre, si es posible pasa de mi esta
copa”. Sin embargo lo nuestro por
difícil que sea, jamás será comparado con lo de nuestro amado Salvador.
Aprendiendo a llevar las dificultades,
nos gloriamos en los sufrimientos hasta alcanzar la esperanza dada por el
Espíritu Santo: “Y no sólo en esto, sino también en nuestros
sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia; la perseverancia, entereza de carácter; la entereza
de carácter, esperanza. Y esta
esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón
por el Espíritu Santo que nos ha dado” (Romanos 5:3-5). Nos es raro entender lo dicho por el Señor cuando afirma:
“Bástate mi gracia” (2 Corintios 12:9); pero la verdad, es que sí: poco a poco
nos vamos instruyendo y comprendiendo su gran amor; las aflicciones se tornan
apacibles hasta llegar al punto en el cual, Él quería vernos y alcanzar su
propósito: “porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Corintios 12:10).
El Señor que pesa el corazón
humano, conoce nuestros anhelos y debilidades (Salmo 38:9-10). Nos responderá porque sabe que hemos esperado
y confiado en Él (Salmo 38:15), y que estamos dispuestos a decirle también:
“Más no se haga mi voluntad sino la tuya”.
Amado Señor y Dios nuestro: A
veces nos parece que cada prueba que llega es peor que las anteriores; pero tú
que eres Sapientísimo y Soberano, sabes exactamente la finalidad de cada copa
que tomamos. Permite que podamos
resistir todos estos dardos enviados y que la culminación de este proceso sea para la gloria y honra
tuya.
Un abrazo y bendiciones.
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