sábado, 8 de diciembre de 2012

Copa tras copa; mas no se haga mi voluntad sino la tuya

Yendo un poco más allá, se postró sobre su rostro y oró: «Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo.  Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.
Mateo 26:39.

Lectura diaria: Mateo 26:36-46.  Versículo principal: Mateo 26:39.

REFLEXIÓN

¡Cuántas dificultades pasamos en la vida!  Sólo que unas son más amargas que otras.   Cuando sentimos que las fuerzas se agotan y ya no podemos resistir, pronunciamos también palabras como las del mismo Señor Jesucristo: “Padre, si es posible pasa de mi esta copa”.  Sin embargo lo nuestro por difícil que sea, jamás será comparado con lo de nuestro amado Salvador.
Aprendiendo a llevar las dificultades, nos gloriamos en los sufrimientos hasta alcanzar la esperanza dada por el Espíritu Santo: “Y no sólo en esto, sino también en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia;  la perseverancia, entereza de carácter; la entereza de carácter, esperanza.  Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado” (Romanos 5:3-5).   Nos es raro  entender lo dicho por el Señor cuando afirma: “Bástate mi gracia” (2 Corintios 12:9); pero la verdad, es que sí: poco a poco nos vamos instruyendo y comprendiendo su gran amor; las aflicciones se tornan apacibles hasta llegar al punto en el cual, Él quería vernos y alcanzar su propósito: “porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Corintios 12:10).
El Señor que pesa el corazón humano, conoce nuestros anhelos y debilidades (Salmo 38:9-10).  Nos responderá porque sabe que hemos esperado y confiado en Él (Salmo 38:15), y que estamos dispuestos a decirle también: “Más no se haga mi voluntad sino la tuya”.

Amado Señor y Dios nuestro: A veces nos parece que cada prueba que llega es peor que las anteriores; pero tú que eres Sapientísimo y Soberano, sabes exactamente la finalidad de cada copa que tomamos.  Permite que podamos resistir todos estos dardos enviados y que la culminación  de este proceso sea para la gloria y honra tuya.

Un abrazo y bendiciones.

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