viernes, 21 de diciembre de 2012

La noticia es para ti



Hoy les ha nacido en la ciudad de David un Salvador que es Cristo el Señor.  
 Lucas 2:11.


Lectura diaria: Lucas 2:1-20.  Versículo principal: Lucas 2:11.

REFLEXIÓN

Sucedió que María y José tuvieron que desplazarse de Nazaret ciudad de Galilea, a Belén de Judea, ciudad de David a inscribirse en un censo decretado por Augusto César ya que José era descendiente de David y tenía que hacerlo en su pueblo de origen (vv. 1-5).  Dios dispuso que así fuera puesto que estaba escrito dónde nacería el Señor Jesús: “Pero de ti, Belén Efrata, pequeña entre los clanes de Judá, saldrá el que gobernará a Israel” (Miqueas 5:2).
Estando en Belén, no se encontró para ellos posada alguna y a María se le cumplió el tiempo de dar a luz; entonces no tuvieron más remedio que resguardarse en un establo y allí nacer el Salvador del mundo (vv. 6-7).  Había en esa misma región unos pastores cuidando su rebaño cuando se les apareció un ángel del Señor anunciándoles la gran noticia, y dándoles como señal: “Encontrarán al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (v. 12).  Así que ellos no tardaron en ir a buscarlo y lo encontraron con María y José acostado en un pesebre (v.16).
Este niño Jesús, es el mismo que hoy te hace la invitación para que le permitas entrar en tu vida y que encuentres el mismo gozo y paz que tuvieron aquellos pastorcillos ante su advenimiento.  Él también quiere acostarse en el pesebre de tu corazón; ¿estarías dispuesto a darle cabida allí?  Nació en una pesebrera y a los primeros que se les dio a conocer la noticia fue a unos humildes pastores, gremio que en ese entonces era despreciado y poco tenido en cuenta.  Sin embargo ellos, aún asombrados y asustados quizá, no se detuvieron sino fueron a comprobar tan gran acontecimiento.
Por eso no importa el linaje de dónde vengas, ni el estrato en que te encuentres: Jesús está ahí, listo para nacer también en tu vida.  Solamente tienes que decirle con sinceridad como dice el coro que se canta por estos días: “Ven, ven Señor a mi alma, ¡no tardes tanto Jesús, ven, ven!”.  También puedes comprobarlo; solamente tienes que dar el primer paso y te aseguro que lo encontrarás dispuesto a traerte gozo, paz y lo más importante: la salvación eterna.

Amado Dios: Permite que cuantos leen este devocional, den lugar a que tu Hijo Jesús entre a formar parte de sus vidas.  Hoy te pido por todos ellos, para que también puedan unirse en la alegría completa de tu salvación y gozar de tu buena voluntad.

Un abrazo y bendiciones.

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