Hoy les ha nacido en la ciudad de David un Salvador que es Cristo el Señor.Lucas 2:11.
Lectura diaria: Lucas 2:1-20. Versículo principal: Lucas 2:11.
REFLEXIÓN
Sucedió que María y José tuvieron
que desplazarse de Nazaret ciudad de Galilea, a Belén de Judea, ciudad de David
a inscribirse en un censo decretado por Augusto César ya que José era
descendiente de David y tenía que hacerlo en su pueblo de origen (vv. 1-5). Dios dispuso que así fuera puesto que estaba
escrito dónde nacería el Señor Jesús: “Pero de ti, Belén Efrata, pequeña entre
los clanes de Judá, saldrá el que gobernará a Israel” (Miqueas 5:2).
Estando en Belén, no se encontró
para ellos posada alguna y a María se le cumplió el tiempo de dar a luz;
entonces no tuvieron más remedio que resguardarse en un establo y allí nacer el
Salvador del mundo (vv. 6-7). Había en
esa misma región unos pastores cuidando su rebaño cuando se les apareció un
ángel del Señor anunciándoles la gran noticia, y dándoles como señal: “Encontrarán
al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (v. 12). Así que ellos no tardaron en ir a buscarlo y
lo encontraron con María y José acostado en un pesebre (v.16).
Este niño Jesús, es el mismo que
hoy te hace la invitación para que le permitas entrar en tu vida y que
encuentres el mismo gozo y paz que tuvieron aquellos pastorcillos ante su
advenimiento. Él también quiere
acostarse en el pesebre de tu corazón; ¿estarías dispuesto a darle cabida
allí? Nació en una pesebrera y a los
primeros que se les dio a conocer la noticia fue a unos humildes pastores,
gremio que en ese entonces era despreciado y poco tenido en cuenta. Sin embargo ellos, aún asombrados y asustados
quizá, no se detuvieron sino fueron a comprobar tan gran acontecimiento.
Por eso no importa el linaje de
dónde vengas, ni el estrato en que te encuentres: Jesús está ahí, listo para
nacer también en tu vida. Solamente
tienes que decirle con sinceridad como dice el coro que se canta por estos
días: “Ven, ven Señor a mi alma, ¡no tardes tanto Jesús, ven, ven!”. También puedes comprobarlo; solamente tienes
que dar el primer paso y te aseguro que lo encontrarás dispuesto a traerte
gozo, paz y lo más importante: la salvación eterna.
Amado Dios: Permite que cuantos
leen este devocional, den lugar a que tu Hijo Jesús entre a formar parte de sus
vidas. Hoy te pido por todos ellos, para
que también puedan unirse en la alegría completa de tu salvación y gozar de tu
buena voluntad.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario