martes, 11 de diciembre de 2012

Protección en la enfermedad



Déjame vivir para alabarte; que vengan tus juicios a ayudarme.  
 Salmo 119:173.


Lectura diaria: Salmo 119:169-176.  Versículo principal: Salmo 119:173.

REFLEXIÓN

Dios cuida de nosotros de acuerdo a sus promesas: “Sonténme conforme a tu promesa y viviré”; “líbrame conforme a tu promesa (Salmo 119:116 y 170).  No importa que estemos postrados en una cama.  Sentimos su presencia real en nuestra vida porque dice su Palabra: “El Señor lo confortará cuando esté enfermo; lo alentará en el lecho del dolor”.  Salmo 41:3.
Ante la enfermedad le clamamos y pedimos al Señor que nos regale la sanidad (vv. 169-170), y nos acordamos de alabarle sabiendo que es justo y obra con rectitud: “Que entone mi lengua un cántico a tu palabra, pues todos tus mandamientos son justos.  Que acuda tu mano en mi ayuda, porque he escogido tus preceptos” (vv. 172-173).
¿A quién más podemos ir sino a Él?  El Señor abogará por sus hijos porque le somos de gran estima; “pero yo siempre estoy contigo, pues tú me sostienes de la mano derecha” (Salmo 73:23).  Nunca nos dejará ni abandonará; al contrario, cada día afirmará con más precisión cada paso que demos, porque somos de su agrado y no nos dejará caídos; nos sostiene con su mano protectora (Salmo 37:23-24). 
Ni aún en el lecho del dolor podemos quitar la mirada de su presencia; El Señor está ahí presente, sea cual sea la enfermedad que estemos padeciendo. No hay que perder la esperanza.

Señor: ¡Déjanos vivir para alabarte!  De lo contrario, ¿cómo podemos exaltar tu nombre y que los demás conozcan de tu grandeza y poder?  Queremos vivir para ti.  Si nos hemos extraviado de tu senda, retórnanos al camino correcto para que con todo tu pueblo te entonemos cánticos de adoración.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: