Porque ustedes antes eran oscuridad pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de luz.Efesios 4:8.
Lectura diaria: Efesios
4:1-20. Versículo principal: Efesios
4:8.
REFLEXIÓN
El testimonio es el reflejo de lo
que somos. Si en verdad hemos recibido
al Señor en nuestras vidas, hemos de dar ejemplo con ella; de lo contrario,
simplemente estaríamos siguiendo una religión más. El cristiano verdadero debe saber vivir
correctamente, teniendo cuidado de no ser un tropiezo para los demás hermanos
en la fe; aprovechando con sabiduría cada momento, entendiendo que los días son
malos (vv. 15-16), y que cada oportunidad de demostrar de quién somos hijos
cuenta.
“Por tanto, imiten a Dios, como
hijos muy amados, y lleven una vida de amor, así como Cristo nos amó y se
entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio fragante para Dios” (v.1). Si en realidad amamos a los nuestros, lo
primero que tenemos que ofrecerles es una vida diferente; una vida que solo
Cristo Jesús puede dar y es nuestra obligación compartirles y llevarlos a los
píes del Señor. Pero si ellos no ven en
nosotros una manera de vivir diferente, jamás llegarán a seguir al Señor y lo
que hablemos quedará anulado.
En casa uno está, el actuar como
es la voluntad de Dios: compartir con hechos y palabras a la vez. Recordemos que la vida cristiana es ante todo
un modo de vida. Que nuestra vida sea el
fiel reflejo de la luz que mora en nuestros corazones.
Amado Señor: Enséñanos a llevar una
vida recta para que los que andan en oscuridad, vean en nosotros la luz tuya,
se conviertan de sus malos caminos y alcancen también la salvación.
Un abrazo y bendiciones.
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