Gritos de júbilo y de victoria resuenan en las casas de los justos: ¡La diestra del Señor realiza proezas! ¡La diestra del Señor es exaltada! ¡La diestra del Señor realiza proezas!Salmo 118:15-16.
Lectura diaria: Salmo 118:15. Versículos principales: Salmo 118-15-16.
REFLEXIÓN
¿Quién puede dudar del poder del
Señor? Indiscutiblemente el Señor es Amo
y Señor arriba en los cielos y abajo en la tierra. Todo cuanto acontece tiene el sello de Dios
permitiéndolo; nada se escapa de sus manos.
La naturaleza misma grita a voz en cuello quien es su Creador y ni
siquiera para una rosa frágil y delicada, alguno de sus pétalos cae en tierra
porque sí. De igual manera Dios Padre
nos tiene contados aun los cabellos de la cabeza, y ni uno solo de esos se cae
si no es por su voluntad (Mateo 10:30).
Él Señor inclina su oído y
escucha nuestras súplicas. Los afanes y dolores que enfrentamos no le son indiferentes. Conoce todo nuestro ser porque somos hechura
suya y sabe de antemano que nos aqueja. Nos libra de la muerte; enjuga las
lágrimas y no nos deja tropezar (Salmo 116:1-2 y 8). Diremos igual que el salmista: “¿Cómo puedo
pagarle al Señor por tanta bondad que me ha mostrado?”; “Te ofreceré un
sacrificio de gratitud e invocaré, Señor tu nombre” (Salmo 116:12 y 17). Por eso, los que amamos al Señor, creemos en Él
y le buscamos no podemos más que estar reunidos con júbilo, llenos de gozo y
exaltando sus proezas.
En resumen, no importa cual sea
la situación que estemos viviendo porque a pesar de ella, de estar afligidos,
el Señor pone su Santo Espíritu: el Ayudador y Consolador para que venga a
llenarnos con su presencia y su fruto se pose en cada uno de los suyos,
trayéndonos gozo, paz, bondad y mansedumbre. Por eso: “Gritos de júbilo y victoria resuenan
en las casas de los justos”, porque su gran amor perdura para siempre.
Gracias Señor, Dios y Rey. Gracias porque sabemos y hemos vivido tus
hazañas. El mundo no las puede negar y
ni aun los más cercanos, porque lo han visto con sus propios ojos. Gracias porque hemos aprendido a refugiarnos
en ti y no en el hombre. ¡Tu amor no tiene límites, es imperdurable! Por eso te alabamos y te bendecimos. Por eso todo honor, toda honra y gloria te
pertenecen.
Un abrazo y bendiciones.
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