domingo, 9 de diciembre de 2012

Su gran amor perdura para siempre



Gritos de júbilo y de victoria  resuenan en las casas de los justos: ¡La diestra del Señor realiza proezas!  ¡La diestra del Señor es exaltada!  ¡La diestra del Señor realiza proezas!  
 Salmo 118:15-16.


Lectura diaria: Salmo 118:15.  Versículos principales: Salmo 118-15-16.

REFLEXIÓN

¿Quién puede dudar del poder del Señor?  Indiscutiblemente el Señor es Amo y Señor arriba en los cielos y abajo en la tierra.  Todo cuanto acontece tiene el sello de Dios permitiéndolo; nada se escapa de sus manos.  La naturaleza misma grita a voz en cuello quien es su Creador y ni siquiera para una rosa frágil y delicada, alguno de sus pétalos cae en tierra porque sí.  De igual manera Dios Padre nos tiene contados aun los cabellos de la cabeza, y ni uno solo de esos se cae si no es por su voluntad (Mateo 10:30).
Él Señor inclina su oído y escucha nuestras súplicas.  Los afanes y  dolores que enfrentamos no le son indiferentes.  Conoce todo nuestro ser porque somos hechura suya y sabe de antemano que nos aqueja. Nos libra de la muerte; enjuga las lágrimas y no nos deja tropezar (Salmo 116:1-2 y 8).  Diremos igual que el salmista: “¿Cómo puedo pagarle al Señor por tanta bondad que me ha mostrado?”; “Te ofreceré un sacrificio de gratitud e invocaré, Señor tu nombre” (Salmo 116:12 y 17).  Por eso, los que amamos al Señor, creemos en Él y le buscamos no podemos más que estar reunidos con júbilo, llenos de gozo y exaltando sus proezas.
En resumen, no importa cual sea la situación que estemos viviendo porque a pesar de ella, de estar afligidos, el Señor pone su Santo Espíritu: el Ayudador y Consolador para que venga a llenarnos con su presencia y su fruto se pose en cada uno de los suyos, trayéndonos gozo, paz, bondad y mansedumbre.  Por eso: “Gritos de júbilo y victoria resuenan en las casas de los justos”, porque su gran amor perdura para siempre.

Gracias Señor, Dios y Rey.  Gracias porque sabemos y hemos vivido tus hazañas.  El mundo no las puede negar y ni aun los más cercanos, porque lo han visto con sus propios ojos.  Gracias porque hemos aprendido a refugiarnos en ti y no en el hombre. ¡Tu amor no tiene límites,  es imperdurable!  Por eso te alabamos y te bendecimos.  Por eso todo honor, toda honra y gloria te pertenecen.   

Un abrazo y bendiciones.
  

No hay comentarios: