jueves, 31 de mayo de 2012

Utilizar la capacitación que da el Espíritu


Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida. 
2 Corintios 3:6.

Lectura diaria: 2 Corintios 3:1-18. Versículo principal: 2 Corintios 3:6.

REFLEXIÓN

“Servidores de un nuevo pacto”.  El Señor nos ha ejercitado de tal modo que por medio del Espíritu nos enseña y guía para anunciar a otros su mensaje: las buenas nuevas de salvación.  Ya todo lo de atrás quedó obsoleto y viejo como nos lo dice Hebreos 8:13.  Como servidores de Cristo estamos llamados a dar a conocer ese nuevo pacto: “De la misma manera tomó la copa después de la cena y dijo: –esta copa es el nuevo pacto de mi sangre, que es derramada por ustedes” (Lucas 22:20).  Ya nadie será salvo por sus obras, sacrificios, liturgias, filosofías ni ningún otro medio que no sea el de reconocer que su bendita sangre nos limpia de todo pecado.  Y como testimonio, cada vez que tomamos la cena, proclamamos su muerte hasta que Él venga (1 Corintios 11:26). 
No somos más que hijos del legado “una carta de Cristo”, dejado por Pablo donde su enseñanza ya no tuvo que esculpirse en piedra alguna, sino en los corazones con el Espíritu del Dios viviente, precisamente para que entendamos que nuestra sabiduría no es humana sino que viene de parte de Dios (vv. 3-5).  Esto nos hace acreedores de una esperanza nueva que jamás se extingue ni se termina (la gloria futura), de manera que no necesitamos ponernos el velo como lo hacía Moisés ante el pueblo de Israel.  Aunque hay algunos que quisieran volver a lo pactado antiguamente y aun tienen puesto  ese velo (vv. 12-15), que les impide reconocer el Cristo muerto y resucitado como el Salvador del mundo. “Pero cada vez que alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado” (v. 16). 
“Ahora, al morir a lo que nos tenía subyugados, hemos quedado libres de la ley, a fin de servir a Dios con el nuevo poder que nos da el Espíritu, y no por medio del antiguo mandamiento escrito (Romanos 7:6).  Sí, si tenemos al Espíritu que vivifica, entonces somos libres porque “donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (v. 17 en la lectura).  Con ese Espíritu de libertad es que nos tenemos que levantar y proclamar el mensaje del nuevo pacto.  No vamos a hablar por nuestra cuenta sino que tenemos la confianza que nos da Cristo a través de su Espíritu, para ser sus servidores de ese nueva alianza.

Señor: Permite que tu Espíritu nos capacite cada día mejor para llevar a otros  tus palabras que son espíritu y vida y entiendan que existe un nuevo mensaje que les permitirá quitarse el velo que cubre sus ojos y ver la salvación ofrecida por ti a toda la humanidad.

Un abrazo y bendiciones.

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