El Señor te bendiga y te guarde; el Señor te mire con agrado y extienda su amor; el Señor te muestre su favor y te conceda la paz.Números 6:24-26.
Lectura diaria: Números
6:22-27. Versículos principales: Números
6:24-26.
REFLEXIÓN
Nos hemos acostumbrado tanto a
estas frases entre los cristianos que ya podíamos tacharlas “de cajón”. La verdad es que no fue de labios de Moisés
ni de Aarón que salieron, sino de la misma boca de Dios: “El Señor le ordenó a
Moisés: Diles a Aarón y a sus hijos que impartan la bendición a los israelitas
con estas palabras” (vv. 22-23). No
somos israelitas, somos gentiles; si se quiere, no nos pueden llamar su pueblo
(aunque sí lo somos), pero definitivamente somos su iglesia y por lo tanto nos
corresponden también: “En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante
la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos
5:1). La paz de Dios está al alcance de
quien quiera acogerse a los brazos de Jesús.
No es la paz de la que habla el mundo, es la paz que sobrepasa todo
entendimiento; es la paz, el sosiego, la tranquilidad que da el saber que
absolutamente todo está bajo su control.
Es la paz que nos da el amor infinito de Cristo que llena, desborda, atiborra
y satura nuestro ser. Es la paz que nos
conduce a saciarnos íntegramente y “…que conozcan ese amor que sobrepasa
nuestro conocimiento para que sean llenos de la plenitud de Dios” (Efesios
3:19).
La paz que el Señor Jesús nos
dejó fue precisamente porque sabía que estábamos en el mundo en medio de
aflicciones, engaños, envidias, y que iríamos a ser blanco de toda maldad. Pero no es la paz nuestra, Él dijo: “mi paz
les doy. Yo no se la doy a ustedes como
la del mundo. No se angustien ni se acobarden” (Juan 14:27). Los tiempos malos llegarán; indiscutiblemente
no los podemos evadir; sin embargo, “La paz de Dios que sobrepasa todo
entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús”
(Filipenses 4:7).
Amado Dios: Gracias porque tus
palabras siempre son de bendición, de socorro y de complacencia. Gracias porque siempre estás mostrándonos tu
favor y la plenitud de tu amor para llenar nuestro corazón con tu paz.
Un abrazo y bendiciones.
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