miércoles, 2 de mayo de 2012

Vivir en Cristo


De la misma manera, también ustedes considérense muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús.  
 Romanos 6:11.

Lectura diaria: Romanos 6:1-14.  Versículo principal: Romanos 6:11.

REFLEXIÓN

Si el Señor Jesús murió por nuestros pecados y antes éramos esclavos del pecado, entonces, no podemos seguir por el mismo camino.  Al morir el Señor, nosotros también nos crucificamos juntamente con Él y “confiamos que también viviremos con él”; (v. 8b).  “La muerte ya no tiene dominio sobre él” (vv. 8b y 9b), como tampoco lo tiene sobre nosotros.  Por eso el apóstol Pablo habla más de “dormir” sabiendo que nos espera una vida eterna gloriosa al lado de Cristo Jesús.
Si estamos vivos para Dios, debemos portarnos como tal, sin dejarnos llevar por los malos deseos ni permitiendo que la carne nos domine.  Si antes éramos esclavos del pecado, ahora convirtámonos en esclavos de la justicia.  Si cosechábamos frutos que avergonzaban, después de conocer al Señor, cosechemos frutos que exalten su nombre y nos conduzcan cada día más a la santidad (vv. 16-21), entendiendo que ya no es el ego quien reina en el corazón, sino el mismo Jesús.  El viejo hombre de cada uno tiene que quedar atrás, para darle paso al nuevo.  Y, “así como Cristo resucitó por el poder del Padre, nosotros también llevemos una vida nueva” (v. 4b).
Si en verdad el Señor habita en nosotros, permitámosle dirigir nuestros pasos creyendo que lo que hizo en la cruz fue exactamente el regalo de la salvación para liberarnos de las garras de la muerte y darnos la victoria de la vida eterna  con Él (v. 23).   Desplacemos nuestro “yo” para que en el trono reine y viva por siempre Cristo el Señor.

Gracias Señor por venir a morar en nuestras vidas.  Enséñanos a doblegar el “yo” que impera en el corazón, para que seas tú guiando cada área y podamos decir de verdad que tú vives y reinas en el hombre nacido de nuevo contigo.

Un abrazo y bendiciones.

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