domingo, 13 de mayo de 2012

La riqueza que nos da coraje


Unidos a Cristo ustedes se han llenado de toda riqueza, tanto en palabra como en conocimiento.  
 1 Corintios 1:5.

Lectura diaria: 1 Corintios 1:4-31.  Versículo principal: 1 Corintios 1:5.

REFLEXIÓN

En los versículos que siguen, nos dice el apóstol Pablo que no nos falta ningún don espiritual mientras esperamos con ansías que se manifieste el Señor, manteniéndonos firmes e irreprochables por la fidelidad de Dios quien nos llama a una comunión con Jesús  (vv.  6-9).
Definitivamente es así.  Si no fuera por el poder que el Espíritu Santo nos da cada día, sería muy difícil continuar firmes.  La lucha no es fácil; cuando vienen las pruebas y sentimos desfallecer, estoy convencida que solamente el amor y misericordia del Señor se demuestra sacándonos avante e impartiendo nuevas fuerzas que para mí, creo están fuera de lo explicable.  Empieza a funcionar ya no lo natural sino lo sobrenatural y es como si más bien,  esa fuerza nos llevara a esperar con ansías ese glorioso día en que nuestro espíritu se encuentre con el autor y dador de nuestra vida.  Razón también tiene Pablo en decir que el mensaje es una locura para los incrédulos.  Es lógico; ellos no entenderían por ejemplo esa posición y no la pueden entender porque no tienen el Espíritu de Dios.  “Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios.  Pues la locura de Dios es más sabia que la sabiduría humana, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza humana” (vv. 24-25).  Sé que en su infinita sabiduría sabe para dónde nos guía y como conoce a ciencia cierta nuestra debilidad, cuando estamos en íntima comunión con Cristo Jesús, entonces nos da su dosis de fortaleza. “No os ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser probados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la prueba la salida, para que podáis soportarla” (1 Corintios 10:13 RVR 1995).

Estas son las riquezas que valen; las que en verdad van a formar nuestra vida y a preparar para gozar plenamente de su gloria.  Santiago dice que nos consideremos muy dichosos cuando tengamos que enfrentar diversas pruebas (Santiago 1:2).   Esto no es fácil, pero gracias a Dios estamos unidos a Cristo Jesús para que cuando triunfemos y veamos la victoria, nos gloriemos en Él.

Amado Señor: Gracias porque en la cruz ya cargaste todo el peso de nuestras aflicciones.  Tú que eres la fuente de la vida, sácianos de ti y permítenos tener una relación contigo de manera que nos engrandezcamos con tus infinitas riquezas para  afrontar las diferentes angustias que nos llegan.

Un abrazo y bendiciones.

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