lunes, 21 de mayo de 2012

Cumplirá su propósito en mí


El Señor cumplirá en mi su propósito.  Tu gran amor, Señor, perdura para siempre; ¡no abandones la obra de tus manos!  
 Salmo 138:8.

Lectura diaria: Salmo 138:1-8.  Versículo principal: Salmo 138:8.

REFLEXIÓN

Desde el mismo instante en que recibimos al Señor, Él empieza a hacer una obra regeneradora y no la deja hasta que esté completamente a su gusto.  A veces pensamos que el Señor nos trata muy duro, y resultamos diciendo igual que Job: “Le he dicho a Dios; No me condenes.  Dime qué es lo que tienes contra mí.  ¿Te parece bien el oprimirme y despreciar la obra de tus manos mientras te muestras complaciente ante los planes del malvado?” “Recuerda que tu me modelaste como al barro” (Job. 10:2-3 y 9).  No nos digamos mentiras, en muchas ocasiones cuando nos sinceramos ante Dios, le manifestamos cosas como éstas.  Y a pesar de tanta aflicción, al final, llegamos a la conclusión que simplemente es eso: nos sigue moldeando hasta ver que esa obra de sus manos está cogiendo la forma deseada. Personalmente, estoy plenamente convencida que el que empezó tan buena obra en mí, la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús (Filipenses 1:6).  Dios me está preparando para el día en que me encuentre cara a cara con mi Señor y como miembro de su iglesia soy su novia.  Debo estar lista, preparada para ese día, vestida de lino fino, sin mancha ni arruga alguna (2 Pedro 3:14).  Entonces, definitivamente, convengo aceptar que termine su obra si quiero lucir el mejor vestido en la boda con mi Amado.  Mirándolo desde esa perspectiva, más bien tengo que exclamarle: ¡No abandones la obra de tus manos!

Mi Amado Jesús: Eres mi Señor y mi Rey.  ¡Exalto tu nombre!  Eres precioso para mí.  Llévame al desierto y háblame allí con la ternura tuya en medio de los viñedos de la Esperanza.  Atráeme hacia ti con tus lazos de amor y empápame con la lluvia de invierno y la de primavera igual que riegas la tierra.  No alcanzo a comprender la magnitud de tu amor, pero gracias mi Señor por no querer soltarme de tu mano y tener tu mirada puesta en mí.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: