Con sabiduría se construye la casa, con inteligencia se echan los cimientos. Con buen juicio se llenan sus cuartos de bellos y extraordinarios tesoros.Proverbios 24:3-4.
Lectura diaria: Proverbios
24:1-34. Versículos principales:
Proverbios 24:3-4.
REFLEXIÓN
Hay una frase muy común: “Hogar
dulce hogar”; ¿pero sí será éste el refugio dulce donde sus integrantes desean
llegar para encontrar el deleite necesario de descanso, respeto, bondad,
colaboración, tolerancia y amor? Me
atrevería a decir que como muchas otras es una frase de cajón más, porque
actualmente ni los padres ni los hijos anhelan llegar a casa donde en vez de
dulce todo es agrio y fuerte. La
indiferencia tanto de los unos como de los otros reina por doquier y cada cual
se ensimisma en lo suyo sin que haya dialogo alguno como antaño sucedía. Anteriormente la mesa era el lugar para
reunirse toda la familia y contarse sus cuitas diarias; ahora, cada quien come
por su lado y lógicamente la tecnología ha pasado a desplazar aquellas
conversaciones cara a cara con los miembros del hogar. Los niños, jóvenes y adultos inclusive, viven
pegados de cualquier aparato que les informe segundo a segundo lo que están
haciendo o dejando de hacer sus amistades.
¡Qué tristeza! No estoy en
desacuerdo con los avances tecnológicos, de ninguna manera; pero sí completamente
con el uso que se les ha dado porque borró completamente la construcción de los
hogares.
Dice Proverbios 14:1 “La mujer
sabia edifica su casa; la necia, con sus manos la destruye”. ¡Qué gran responsabilidad la de la
mujer! Más difícil aún en estos tiempos,
pero si el Manual de Dios lo dice, es porque en esta o cualquier otra época lo
puede lograr. Y se me viene a la mente
la cantidad de cargos importantes ocupados por las mujeres y entonces me
cuestiono que si puede hacerlo afuera ¿por qué no, con mayor razón en su propio
hogar? ¿Será que la primera célula de la
sociedad ya ha pasado a ser la última? Y
si lo pensamos con cabeza fría por ahí vamos.
Es urgente entonces, que desde el
mismo noviazgo se empiece a construir lo que será el “bello y dulce hogar”. Los jóvenes cristianos tienen una misión por
delante para cumplir y es volver a permitir que en el seno de las familias, se
vea lo que Dios desea de toda unión, la institucionalizada por Él entre un
hombre y una mujer regida por su Palabra, donde cada uno debe saber muy bien
los principios y leyes divinas al respecto.
Es prioritario empezar a levantar hogares diferentes. Si se han desvanecido no importa. Para Dios no hay nada imposible.
Señor: Te pedimos humildemente
que nos hagas comprender el valor esencial del matrimonio y nos dirijas a
educar hijos que no se desvíen de tus enseñanzas y que puedan seguir este ejemplo
para que ellos también aprendan a construir hogares donde reines Tú. Danos a las mujeres la sabiduría que viene de
parte tuya y seamos gestoras de una casa edificada sobre la roca sólida de tu
Palabra.
Un abrazo y bendiciones.
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