Les ruego hermanos, que se cuiden de los que causan divisiones y dificultades, y van en contra de lo que a ustedes se les ha enseñado. Apártense de ellos.Romanos 16:17.
Lectura diaria: Romanos
16:17-27. Versículo principal: Romanos
16:17.
REFLEXIÓN
En todas las iglesias vemos
personas que por un motivo u otro están inconformes con sus líderes o pastores
y poco a poco se va convirtiendo su decir en un murmullo que se llama “chisme”. Es difícil encontrar la iglesia perfecta
porque mientras estemos aquí, no va a existir nada perfecto. Muchas de estas personas, lo que buscan es
crear una división dejándose llevar por la carne con muestras de envidia y
arrebatos de ira, llegando incluso a juzgar y blasfemar sobre lo que nunca han
sido testigos. Satanás, claro súper contento
porque este es su fin: dividir para reinar él.
Él sabe muy bien que si crea discordias vienen las divisiones y entonces
como siempre sucede, los débiles en la fe se caen y el mensaje queda sobre la
balanza. “Tales individuos no sirven a
Cristo nuestro Señor, sino a sus propios deseos” (v. 18).
Dice el versículo que también van
en contra de lo enseñado. Por eso
tenemos que tener mucho cuidado al reunirnos en una congregación y buscar que
se predique la Palabra de sana doctrina para después no tener inconvenientes
que tropiecen con nuestras convicciones.
Recordemos que la murmuración va en contra de Dios y más cuando se
refiere a uno de sus escogidos. Así que
es mejor si no estamos de acuerdo, buscar otra iglesia pero no caer en este
pecado que nos puede traer muchas dificultades. Esto, siempre y cuando sean
posiciones triviales, no sobre el fundamento cristiano, porque si estamos en el
lugar equivocado y se nos está anunciando “otro” evangelio, debemos salir corriendo. Las bases del cristianismo son exactamente
las del Credo de los apóstoles, basadas en Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu
Santo; tres personas distintas pero un solo Dios verdadero. Creer que Jesucristo es el Hijo de Dios vivo,
concebido de María virgen, que vino a morir por los pecados y que Dios lo
levantó de los muertos y está vivo a la derecha del Padre. Personalmente para mí, son las verdades que
identifican a una iglesia de sana doctrina y donde se debe predicar esta
Palabra de fe.
Como conclusión: No ser piedra de
tropiezo para nadie hablando más de lo necesario, porque de toda palabra dicha
tenemos que dar cuenta a Dios. Apliquemos lo siguiente: "No juzguen nada antes de tiempo; esperen hasta que venga el Señor. Él sacará a la luz lo que está oculto en la oscuridad y pondrá al descubierto las intenciones de cada corazón (1 Corintios 4:5). Buscar la
predicación sana, sabiendo que Dios este misterio, lo ha revelado “para que
todas las naciones obedezcan a la fe” (vv. 25-26).
Amado Dios: Enséñanos a callar y
no hablar más de lo debido, entendiendo que le hacemos mal al mensaje de la
cruz que tú deseas sea compartido a todas las naciones.
Un abrazo y bendiciones.
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