La senda de los justos se asemeja a los primeros albores de la aurora: su esplendor va en aumento hasta que el día alcanza su plenitud.Proverbios 4:18.
Lectura diaria: Proverbios 4:1-27. Versículo principal: Proverbios 4:18.
REFLEXIÓN
La senda de los justos va de
la mano del amor del Señor. El amor que
nunca se agota, que jamás se acaba y así
como cada día trae sus propios afanes, también “Cada mañana se renuevan sus
bondades; ¡muy grande es su fidelidad!” (Lamentaciones 3:23).
Empezamos un nuevo día cogidos
de su mano y dispuestos a seguir el camino.
No sabemos con qué imprevistos nos encontremos; más el Señor estará ahí
presente para estar a nuestro lado y no dejarnos solos. La entereza del cristiano es en esos momentos
que sobresale y es cuando a pesar de… debemos continuar accediendo a que Dios
haga su obra. No podemos parar el
trascurso de las horas y quedarnos pasmados lamentándonos; tenemos que proseguir
con el curso del día y muy seguramente cuando llegue el anochecer tendremos el
gran regocijo de haber sorteado también esas vicisitudes a las cuales nos
enfrentamos. No importa lo que venga, el
esplendor del Señor tiene que reflejarse en nosotros hasta alcanzar la plenitud.
No estamos en sombras ni oscuridad; estamos llenos de la luz de Cristo y esa
luz nos permitirá avanzar así halla piedras en el sendero, “en todo esto somos
más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8:37).
Así es: el amor del Señor que
nunca se agota, no permitirá que nada ni nadie pase por encima de nosotros sin
su consentimiento para hacernos daño; y si se le permite el paso es porque
alguna lección quiere Dios enseñarnos.
Venga lo que venga, nada podrá separaros del amor que Dios nos ha
manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor (Romanos 8:39), y ese amor va en
crecimiento minuto a minuto hasta terminar el día victorioso.
Amado Señor: Permítenos empezar
cada día sabiendo que eres el Todo que abarca nuestro ser. Llévanos por tu senda sin vacilar por un
segundo, confiando absolutamente en tu fidelidad hasta alcanzar la plenitud que
deseas ver en tus hijos.
Un abrazo y bendiciones.
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