viernes, 4 de mayo de 2012

Cada minuto va creciendo su amor


La senda de los justos se asemeja a los primeros albores de la aurora: su esplendor va en aumento hasta que el día alcanza su plenitud.  
 Proverbios 4:18.


Lectura diaria: Proverbios 4:1-27.  Versículo principal: Proverbios 4:18.


REFLEXIÓN


La senda de los justos va de la mano del amor del Señor.  El amor que nunca se agota,  que jamás se acaba y así como cada día trae sus propios afanes, también “Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!” (Lamentaciones 3:23).

Empezamos un nuevo día cogidos de su mano y dispuestos a seguir el camino.  No sabemos con qué imprevistos nos encontremos; más el Señor estará ahí presente para estar a nuestro lado y no dejarnos solos.  La entereza del cristiano es en esos momentos que sobresale y es cuando a pesar de… debemos continuar accediendo a que Dios haga su obra.  No podemos parar el trascurso de las horas y quedarnos pasmados lamentándonos; tenemos que proseguir con el curso del día y muy seguramente cuando llegue el anochecer tendremos el gran regocijo de haber sorteado también esas vicisitudes a las cuales nos enfrentamos.  No importa lo que venga, el esplendor del Señor tiene que reflejarse en nosotros hasta alcanzar la plenitud. No estamos en sombras ni oscuridad; estamos llenos de la luz de Cristo y esa luz nos permitirá avanzar así halla piedras en el sendero, “en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8:37).

Así es: el amor del Señor que nunca se agota, no permitirá que nada ni nadie pase por encima de nosotros sin su consentimiento para hacernos daño; y si se le permite el paso es porque alguna lección quiere Dios enseñarnos.  Venga lo que venga, nada podrá separaros del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor (Romanos 8:39), y ese amor va en crecimiento minuto a minuto hasta terminar el día victorioso.


Amado Señor: Permítenos empezar cada día sabiendo que eres el Todo que abarca nuestro ser.  Llévanos por tu senda sin vacilar por un segundo, confiando absolutamente en tu fidelidad hasta alcanzar la plenitud que deseas ver en tus hijos.


Un abrazo y bendiciones. 

No hay comentarios: