martes, 15 de mayo de 2012

Construyendo sobre el fundamento principal


Porque nadie puede poner un fundamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo.  
 1 Corintios 3:11.

Lectura diaria: 1 Corintios 3:1-23.  Versículo principal: 1 Corintios 3:11.

REFLEXIÓN

Tenemos que empezar a edificar nuestro hogar sobre la base de Cristo Jesús, porque es la única manera de permitir un cambio en todas las demás esferas de la sociedad.  Empezando a escribir este devocional, supe de la explosión de una bomba hacia la zona norte de chapinero, dejando cinco personas muertas y más de veinticinco heridos.  ¡Qué tristeza Dios mío!  No se entiende hasta donde llega la maldad del hombre solo por satisfacer sus propios intereses o simplemente por hacerse notar.  Si es causada por la guerrilla, ¿por qué se van contra gente del común?  Y si son los estudiantes (que no son ellos sino milicias urbanas) ¿qué fin buscan?
Es urgente como padres de familia empezar a construir en el seno de los hogares el cimiento verdadero que es Jesucristo.  Solo a través de Él, puede el corazón del hombre cambiar y permitir que el Señor entre a formar parte en todas las áreas de su vida.  La misión como padres es la de levantar niños y jóvenes con un temor reverente a Dios; es una obligación nuestra teniendo cuidado de cómo lo construimos (v. 13:10b), enseñándoles a amar a esa piedra viva tal como lo manda su Palabra: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Marcos 12:30).  Viniendo a Jesús que es la piedra viva desechada por los hombres pero escogida y preciosa ante Dios (1 Pedro 2:4).  Inculcándoles las enseñanzas de las Escrituras de manera que se adhieran a ellas y levantar hombres que sean ciudadanos de bien útiles a la sociedad y que cambien la violencia por la paz; el odio y resentimiento por el perdón y la reconciliación. 
Solamente construyendo en los jóvenes la base sólida de Aquel que vino a darnos una nueva vida, podemos cambiar el transcurso de nuestra historia: convertir a Colombia de un país violeto y sanguinario, a un país próspero y en paz.

Señor: gracias por permitirnos conocerte y llevar entre los nuestros la semilla de tu cimiento para que ellos a su vez se edifiquen en tu fe y Palabra y podamos sacar avante esta nación sumida en la indiferencia hacia ti.

Un abrazo y bendiciones.

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