miércoles, 7 de octubre de 2015

También hemos aprendido que no hay nadie como Tú



¡Qué grande eres, Señor omnipotente! Nosotros mismos hemos aprendido que no hay nadie como tú, y que aparte de ti no hay Dios.
 2 Samuel 7:22.

Lectura: 2 Samuel 7:1-29.  Versículo del día: 2 Samuel 7:22.

MEDITACIÓN DIARIA

David se enternece y quebranta al escuchar de labios del profeta Natán lo que el Señor tenía preparado para él y su descendencia (vv. 8-17). ¡Qué oración tan bella! (vv. 18-29). Definitivamente solo podía salir de un corazón conforme al de Dios. Creo que a esto tenemos que llegar todos: a entender la bondad de nuestro Dios y callar incluso muchas veces, dándole paso a que sea el mismo Señor consintiéndonos, hablándonos y murmurándonos muy quedo porque somos especiales para Él. Ahí es donde comprendemos por qué nos cuida como a la niña de sus ojos, escondiéndonos bajo la sombra de sus alas (Salmo 17:8). Ahí es donde comprendemos también que nos buscó hasta encontrarnos: “Lo atraje con cuerdas de ternura, lo atraje con lazos de amor. Le quité de la cerviz el yugo, y con ternura me acerqué para alimentarlo” (Oseas 11:4). Entendemos que nadie podrá arrebatarnos de su mano (Juan 10:28), ni separarnos de su inmenso amor (Romanos 8:38-39). Todo esto porque nos ama de tal modo que nadie jamás lo hará igual.

Amado Señor: Queremos dejar toda nuestra vida ante Ti. En verdad no tenemos palabras para expresarte todo lo que en realidad eres y agradecerte por tanta bondad y amor derramados sin merecerlo. No somos nada ni nadie y sin embargo has volteado los ojos para mirarnos dulcemente, para hablarnos y atraernos con cuerdas de ternura. ¿Cómo no agradecerte mi Señor? ¿Cómo no decirte que eres inigualable? Que hemos aprendido igual que David que no hay nadie como Tú, y que aparte de Ti no hay Dios. ¡Grande eres Tú Señor! Gracias mi Señor, Dios Rey Soberano y Pastor incomparable.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: