Ustedes, los que van tras la justicia y buscan al Señor, ¡escúchenme! Miren la roca de la que fueron tallados, la cantera de la que fueron extraídos.Isaías 51:1.
Lectura: Isaías
51:1-16. Versículo del día: Isaías 51:1.
MEDITACIÓN DIARIA
Nuestra Roca es el
Señor Jesucristo; cuando nos entregamos a Él nos cimentamos sobre esa piedra
que es el fundamento de nuestra fe: “Por eso, de la manera que recibieron a
Cristo Jesús como Señor, vivan ahora en él, arraigados y edificados en él,
confirmados en la fe como se les enseñó, y llenos de gratitud” (Colosenses
2:6-7). Del Señor Jesús hemos tomado todo, ya que: “De su plenitud todos hemos
recibido gracia sobre gracia” (Juan 1:16). Jesús es la Roca que nos ha
fortalecido en momentos de angustia y soledad y sabemos claramente que no
descansará hasta completar su buena obra en cada uno de nosotros (Filipenses
1:6).
Aun así, sabiendo todo
esto, sin embargo retrocedemos en nuestro andar y hacemos más caso a las amenazas
y acechanzas del enemigo que a todas las buenas promesas de Dios. “¿Quién eres
tú, que temes a los hombres, a simples mortales, que no son más que hierba? ¿Has
olvidado al Señor, que te hizo; al que extendió los cielos y afirmó la tierra? ¿Vivirás
cada día en terror constante por causa de la furia del opresor que está
dispuesto a destruir?” (vv. 12-13 en la lectura). Se nos olvida muy pronto
quién es la Roca que nos fortalece y todo lo que tenemos en esa Roca como tal. Por
eso el Señor hoy nos llama a la reflexión: “Miren la roca de la que fueron
tallados, la cantera de la que fueron extraídos”. ¿En verdad estamos cimentados
sobre esa Roca?
Amado Señor Jesús: ¡Sí
te hemos buscado y te hemos hallado! Gracias por ese regalo maravilloso que nos
has dado al conocerte. Tú eres la Roca eterna y no queremos retroceder para
olvidarnos que con tu propia sangre nos has comprado. Fuimos extraídos
directamente de tus entrañas para que nuestra vida sea llena de la plenitud
tuya. ¡Tú lo abarcas todo! ¡Eres todo lo que necesitamos! Gracias, muchas
gracias mi buen Señor.
Un abrazo y
bendiciones.
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