Al oír esto, Jesús le dijo a Jairo: —No tengas miedo; cree nada más, y ella será sanada.Lucas 8:50.
Lectura: Lucas 8:40-56. Versículo del día: Lucas 8:50.
MEDITACIÓN DIARIA
Definitivamente somos débiles y
faltos de fe. ¿Cuántas veces el Señor no ha mostrado su gran poder en nuestras
vidas y sin embargo, en la prueba, flaqueamos y se nos van las fuerzas? Creo
que especialmente para mí, es esta lectura. Ayer en la mañana, escuché
exactamente lo mismo. Lo sabía; sin embargo, tuvieron que repetírmelo una y
otra vez porque mi corazón terco y desconfiado, pecaba por dejarse engañar del
enemigo. “No tengas miedo; cree nada más, y ella será sanada”.
En cierta manera me pasa lo de
Pablo: cuando me siento fuerte, un aguijón viene a tocar lo mío y me vuelvo
débil; me doy cuenta que soy exactamente igual a todos y al clamarle al Señor
por esto, también me dice: “Te basta con mi gracia, pues mi poder se
perfecciona en la debilidad. Por lo tanto, gustosamente haré más bien
alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo” (2
Corintios 12:9). Sí, mi buen Señor sigue siendo fiel aunque yo no lo sea; sigue
interesándose por mi familia y por mí, porque somos preciosos para Él. No, no
es que no lo crea, es que como nos lo refirió igual, el mismo Pablo: “¡Gracias
a Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor! En conclusión, con la
mente yo mismo me someto a la ley de Dios, pero mi naturaleza pecaminosa está
sujeta a la ley del pecado” (Romanos 7:25). Esta ley del pecado me hace dudar.
Amado Señor: ¡Gloria a Dios por
tu poder! Eres Grande, Poderoso e infinitamente misericordioso y fiel. Muchas
gracias buen Señor. Gracias porque una vez más, te glorificas en mi debilidad y
en mi angustia. Gracias porque me conoces a la perfección y definitivamente,
solo me basta rendirme a Ti sin cuestionarte tanto. Perdona mi falta de fe y te
pido que la aumentes buen Dios. ¡Te alabo y bendigo mi Señor, Dios y fortaleza
mía!
Un abrazo y bendiciones.
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