Pero Sión dijo: El Señor me ha abandonado; el Señor se ha olvidado de mí. ¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho, y dejar de amar al hijo que ha dado a luz? Aun cuando ella lo olvidara, ¡yo no te olvidaré!Isaías 49:14-15.
Lectura: Isaías
49:14-18. Versículos del día: Isaías
49:14-15.
MEDITACIÓN DIARIA
¿Cuántas veces en medio
de las aflicciones, desalientos, tristezas o amarguras decimos lo mismo? No
vemos al Señor por ninguna parte y creemos que ya no le interesamos; o lo que
es peor: hasta llegamos a dudar que alguna vez fuimos de su interés. Pero no;
no podemos dejar que la duda entre a nuestro corazón porque eso es precisamente
lo que el enemigo quiere. El amor del Señor por los suyos va más allá de lo que
nuestra razón pueda imaginar: “Aun cuando ella lo olvidara, ¡yo no te olvidaré!”,
dice el Señor refiriéndose al amor de madre. Y el amor del Señor está muy por
encima de ese amor.
Si el Señor estuvo
presente, buscándonos desde siempre, ¿por qué creemos que ya nos olvidó? “Recuerda
estas cosas, Jacob, porque tú eres mi siervo, Israel. Yo te formé, tú eres mi
siervo; Israel, yo no te olvidaré” (Isaías 44:21). “Desde que Israel era niño,
yo lo amé; de Egipto llamé a mi hijo. Pero cuanto más lo llamaba, más se
alejaba de mí. Lo atraje con cuerdas de ternura, lo atraje con lazos de amor.”
(Oseas 11:1-2 y 4).
Pongamos nuestro nombre
en Jacob o Israel y afiancémonos en lo que dice la Palabra de Dios para tener
la seguridad de que a pesar de las circunstancias adversas, el Señor está
siempre a nuestro lado.
Amado Señor: muchas
gracias porque tu Palabra es reconfortante y trae alivio a nuestras vidas.
Gracias porque nos has buscado y atraído con brazos de ternura y amor; porque
nos llevas grabados en las palmas de tu mano y de allí nadie nos podrá
arrebatar. Haznos entender que amor como el tuyo no hay otro igual. ¡Que jamás,
jamás nos olvidarás!
Un abrazo y
bendiciones.
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