domingo, 9 de agosto de 2015

Más valen dos que uno



Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante! 
Eclesiastés 4:9-10.


Lectura: Eclesiastés 4:7-12.  Versículos del día: Eclesiastés 4:9-10.

MEDITACIÓN DIARIA

Definitivamente Dios es muy sabio y sabe cuánto necesita el hombre a la mujer y la mujer al hombre. Estoy convencida que el propósito de Dios al crear a Adán y a Eva fue para que se ayudaran mutuamente, se hicieran compañía y se fortalecieran solidariamente.
El Señor dijo que no era bueno que el hombre estuviera solo y si pensó en esa ayuda adecuada para él, fue porque de antemano sabía que el estado ideal tanto para el hombre como para la mujer era el matrimonio. Todo hombre o mujer debe orar por la persona que Dios le tiene guardada y quien será su cónyuge. “vi a un hombre solitario, sin hijos ni hermanos, y que nunca dejaba de afanarse”. Es tanto lo que puede hacer una mujer por su esposo, que hasta en los detalles más insignificantes se nota la falta de ella. La mujer por  naturaleza es dada a la organización y al orden. Tiene en cuenta innumerables detalles, que quizá el hombre no puede percibir. Nosotras, dicen, tenemos un sexto sentido, porque Dios nos ha dotado de un talento innato: el de saber discernir especialmente en cuanto a los negocios o situaciones dudosas y es ahí donde actuamos como complemento o ayuda; pero al hombre solitario ¿Quién lo detiene? ¿Quién le aconseja?
Por otro lado, todos tenemos momentos difíciles y hasta podemos caer. Estos tropiezos son más fáciles de llevar, cuando hay alguien que se preocupa y ayuda al otro a levantarse. Por eso, mejores son dos que uno; además, si uno tiene frío, el otro lo calienta.  Y para terminar dice la lectura: “¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!” (v. 12). Personalmente considero que esto es la clave del éxito y que en otras palabras se refiere al matrimonio Cristocéntrico, donde Jesús reina en medio de la pareja, hombre y mujer. Él es el cordel principal y quien ayuda en las angustias y aflicciones. ¡Gloria a Dios por haber creado el matrimonio entre un hombre y una mujer!

Amado Señor: Gracias por las parejas que han podido experimentar el gozo de estar juntas y aprender de Ti a salir avante en cualquier situación. Gracias también por los que aún no tienen esa ayuda. Te pedimos que los fortalezcas y llenes de tu gracia para que obtengan esa mujer virtuosa y hogareña que desean; o el hombre que necesitan las mujeres que les sirva de sostén espiritual, físico y moral.   Permite Señor, que en su búsqueda no se apresuren a hacer las cosas a la carrera sino más bien esperando en Ti el cónyuge apropiado, ya que el resto de su vida lo compartirán juntos.

Un abrazo y bendiciones. 

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