jueves, 20 de agosto de 2015

Eres el Dios fuerte, guerrero y victorioso




Ahora, pues, Señor y Dios nuestro, sálvanos de su mano, para que todos los reinos de la tierra sepan que sólo tú, Señor, eres Dios. 
Isaías 37:20.


Lectura: Isaías 37:1-38.  Versículo del día: Isaías 37:20.

MEDITACIÓN DIARIA

Esta es parte de la oración que Ezequías rey de Judá elevó al Señor cuando supo que Senaquerib rey de Asiria, por medio de sus oficiales, había desafiado y comparado al Señor con los dioses de otras naciones (vv. 9-13). El Señor a través del profeta Isaías le dice: “No temas por las blasfemias que has oído, y que han pronunciado contra mí los subalternos del rey de Asiria” (v. 6). Nadie puede desafiar al Señor porque Él les demuestra lo contrario. En el siglo pasado cuando el Titanic se hundió, su constructor se atrevió a decir que ni Dios podría destruirlo; y en su primer viaje, aun sin haber llegado al sitio de destino, quedó completamente destruido.  
Nosotros nos asustamos y sentimos débiles ante personas prestantes ya sea por su poder, jerarquía o riqueza y nos dejamos atemorizar cuando hacen burla o mofa por decirnos cristianos; pero quizá se nos olvida que en estas ocasiones o cuando nos atacan los que dicen ser  enemigos, no pueden hacernos frente, porque es el mismo Señor quien peleará por nosotros. Lo que tenemos que hacer es llenarnos de orgullo y coraje porque tenemos al más Grande de los grandes y al más Poderoso de los reyes de la tierra. Dejemos nuestra angustia en manos del Señor, tal como lo hizo Ezequías y confiemos en lo que nos dice su Palabra: “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Romanos 8:31 RVR 1960); “No les tengas miedo, que el Señor tu Dios pelea por ti” (Deuteronomio 3:22). Si nos cogemos fuertemente de sus promesas y estamos de rodillas ante Dios, podemos estar perfectamente de pie ante los hombres.

Amado Señor: Te damos gracias porque por tu inmenso amor te tenemos a Ti quien eres el Rey por excelencia, Todopoderoso y Majestuoso. Gracias porque no eres un dios de madera y piedra, obra de manos humanas, sino el Dios verdadero de todas las naciones de la tierra y demuestras tu poder para que el mundo te conozca y teman tu Nombre.

Un abrazo y bendiciones.

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