viernes, 21 de agosto de 2015

Compartir mientras podamos hacerlo




Hay un mal que he visto en esta vida y que abunda entre los hombres: a algunos Dios les da abundancia, riquezas y honores, y no les falta nada que pudieran desear, pero es a otros a quienes les concede disfrutar de todo ello. ¡Esto es absurdo, y un mal terrible! 
Eclesiastés 6:1-2.


Lectura: Eclesiastés 6:1-12.  Versículos del día: Eclesiastés 6:1-2.

MEDITACIÓN DIARIA

Es asombroso saber que la Palabra de Dios siempre nos trae mensajes nuevos para instruirnos y mejorar nuestro modo de vida. Definitivamente lo que nos dice aquí Eclesiastés, así es. Precisamente en estos días estábamos hablando con unos familiares sobre los problemas que conlleva dejar a los que vienen herencias sin organizar. Y es que donde hay dinero de por medio, no faltan las contrariedades.
Muchos casos se ven que nos sirven de espejo, donde las personas son tacañas y su misma tacañería las vuelve desconfiadas hasta el punto de ni siquiera permitirles a los propios hijos deleitarse del fruto de sus esfuerzos. Almacenan y almacenan pero sin entender que la vida puede terminar de un momento a otro o que sencillamente todos vamos a morir y allí no nos llevaremos nada. Al menos gracias a Dios, por los que disfrutan lo que tienen mientras viven; pero hay otros, que ni siquiera gozan las riquezas a las que tienen derecho, porque su misma codicia no los deja vivir. “Mucho trabaja el hombre para comer, pero nunca se sacia” (v. 7).
Considero que si el Señor nos ha favorecido con abundancia y riquezas y no hemos sabido manejarlas, es hora de cambiar la actitud y empezar a gozarlas en especial con los seres queridos. Aprendamos a vivir compartiendo lo que tenemos, con las personas que verdaderamente amamos. Seguro que al final, sentiremos satisfacción porque la Biblia dice que hay más dicha en dar que en recibir (Hechos 20:35). Así que mientras podamos compartir, compartamos generosamente.

Amado Señor: Gracias por enseñarnos a disfrutar los bienes que nos has regalado de una manera sana, adecuada y justa. Gracias porque deseamos aprender a compartir y gozar al máximo tan ricas prosperidades, especialmente con nuestros seres que amamos y tenemos cerca.

Un abrazo y bendiciones.

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