lunes, 3 de agosto de 2015

En la adversidad es cuando más necesitamos de Ti




Vigilen y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil.
 Marcos 14:38.


Lectura: Marcos 14:32-42.  Versículo del día: Marcos 14:32-42.

MEDITACIÓN DIARIA

El Señor Jesús está en Getsemaní orando porque se encuentra angustiado ya que la hora de su pasión se acerca, y les dice a sus discípulos que vigilen pero ellos se quedan dormidos porque el sueño los vence. Entonces les repite: “Vigilen y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil”.
Creo que en este tiempo tan difícil que estamos viviendo, hay que estar aún más alerta. Satanás está haciendo de las suyas en todos los campos y su interés es desviarnos del Evangelio, y qué mejor que tentándonos para que caigamos y nuestro testimonio sea nulo. “Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar. Resístanlo, manteniéndose firmes en la fe” (1 Pedro 5:8-9). El Señor volvió una y otra vez hacia sus discípulos y  los encontró dormidos. No podemos dejar que nos coja la noche y el sueño nos venza. Tenemos que estar bien despiertos. En la parábola de las diez jóvenes también vemos lo necesario que es estar despiertos porque llega el novio (Señor Jesucristo), nos encuentra dormidos y por necios, nos quedamos por fuera del banquete de bodas. Hay que estar en oración continua, para mantenernos en alerta, no darle cabida a Satanás y doblegar la carne, ya que el Señor mismo nos dice que la carne es débil.

Amado Señor: Tú nos enseñaste a orar y nos diste el mejor de los ejemplos para hacerlo en la aflicción: a pesar de estar en el momento más crítico de tu vida como hombre, te sentiste débil y con angustia total invadiendo tu ser. Sin embargo te cogiste del Padre para que te llenara de fuerza y permitiera que la obra que viniste a realizar se cumpliera a cabalidad. ¡Gracias buen Jesús! Muchas gracias porque el precio que pagaste por nosotros fue con tu propia sangre. Gracias porque nos dejaste la lección de buscarte con firmeza cuando estamos en momentos  de zozobra y adversidad.

Un abrazo y bendiciones.

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