Y hablaba el Señor con Moisés cara a cara, como quien habla con un amigo. Después de eso, Moisés regresaba al campamento; pero Josué, su joven asistente, nunca se apartaba de la Tienda de reunión.Éxodo 33:11.
Lectura: Éxodo 33:7-23. Versículo del día: Éxodo 33:11.
MEDITACIÓN DIARIA
Envidiable la relación
de Moisés con el Señor, ¿verdad? Personalmente considero que ese ‘cara a cara’
se refiere más a confiabilidad que a físicamente, pues más adelante dice que
Moisés quería ver al Señor y Él no se lo permitió (vv. 18-23). La amistad es
creada por un vínculo que hay que cuidar todos los días como si fuese una
plantita, para que no se marchite. Igual al amor y es que una amistad sin amor,
pues no perdura. La amistad exige sinceridad, ayuda y ante todo perdón. Perdón porque nos equivocamos muchas veces y
sin querer podemos herir. Exige una ayuda moral basada en los consejos, las
críticas constructivas y el afecto brindado. El Señor le había dicho a Moisés
que no seguiría más con ellos y Moisés muy sinceramente como a su mejor amigo
que es, le habla así: “Si no vienes con nosotros, ¿cómo vamos a saber, tu
pueblo y yo, que contamos con tu favor? ¿En qué seríamos diferentes de los
demás pueblos de la tierra? —Está bien, haré lo que me pides —le dijo el Señor
a Moisés—, pues cuentas con mi favor y te considero mi amigo” (vv. 16-17).
Miremos hasta dónde llegó su amistad que el Señor por amor a Moisés y a su
pueblo, cambió de parecer.
De esta historia real
podemos aprender bastante respecto a nuestra relación con Dios. Hay que todos
los días hablar con Él, decirle que lo amamos, admirarlo y adorarlo por su
grandeza y poder. Hay que hablarle sinceramente diciéndole lo que nos gusta y
lo que no; al fin de cuentas Él es Dios y lo sabe todo, entonces ¿para qué
pensar en engañarlo? También hay que saber escucharlo para aceptar sus consejos
y mandatos. En tiempos de Moisés, el Señor le hablaba directamente; ahora nos
ha dejado su Palabra y en ella encontramos sus deseos. Escudriñémosla,
aprendámosla y pongámosla en práctica para decir en verdad que también el Señor
es nuestro Gran Amigo Inseparable.
Amado Señor: Así como a
Moisés lo consideraste tu amigo, sabemos que del mismo modo a nosotros nos
reconoces como tus amigos. Permite que seamos completamente transparentes ante
Ti y que nuestros lazos de unión cada día se vean más arraigados y
compenetrados con tu Palabra que es verdad.
Un abrazo y
bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario