martes, 17 de marzo de 2015

Nuesta fe pasando la prueba




En el crisol se prueba la plata y en el horno se prueba el oro, pero al corazón lo prueba el Señor.
 Proverbios 17:3.


Lectura: Proverbios 17:1-28.  Versículo del día: Proverbios 17:3.

MEDITACIÓN DIARIA

Sí; el Señor tiene su manera de sondear el corazón para ver hasta dónde podemos llegar y cuánto hemos avanzado (Jeremías 17:10). Cuando nos examina hasta en lo más recóndito de nuestro ser, lo hace con el ánimo de saber si ya somos dignos de aprobación, si hemos pasado el examen. “¡Mira! Te he refinado pero no como a la plata; te he probado en el horno de la aflicción” (Isaías 48:10). Por eso debemos estar lo más posible tranquilos en las pruebas que nos llegan, sabiendo que todo nos ayudará para bien (Romanos 8:28). Además de eso el Señor nos manda que seamos fuertes y valientes porque Él de todas maneras estará con nosotros (Josué 1:9)
No es fácil; más bien es bien difícil de entender: “Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada” (Santiago 1:2-4). No, no, para nada fácil entender esta Escritura porque cuando estamos en diversas pruebas nos sentimos desfallecer e incluso llegamos a pensar que el Señor ya se olvidó. Sin embargo nuestra meta debe siempre estar más allá; nada de lo que aquí nos suceda borrará la gloriosa esperanza que tenemos de una patria celestial y ese debe ser el aliciente que nos motive a continuar la carrera. Dios quiere que lleguemos perfectos e íntegros; la buena obra que empezó en cada uno la terminará con cinceladas que  duelen bastante pero que al final se sentirá orgulloso del trabajo realizado. Ya no será con el cincel que se acercará hacia nosotros sino con el pincel para delinear cada virtud que ha logrado plasmar en nuestros corazones. “El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele” (1 Pedro 1:7).

Amado Señor: Quizá para muchos en estos momentos sus vidas están completamente atribuladas. Te rogamos para que puedan resistir y después entiendan la obra majestuosa que Tú has hecho con ellos y en lo que has convertido cada una de sus aflicciones. Gracias buen Señor; aun sin lograr comprenderlo del todo, te damos gracias porque esa es tu voluntad.

Un abrazo y bendiciones.

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