El hombre propone y Dios dispone.Proverbios 16:1.
Lectura: Proverbios
16:1-33. Versículo del día: Proverbios
16:1.
MEDITACIÓN DIARIA
Definitivamente el
dueño de nuestras acciones es Dios. Nosotros podemos hacer planes y proyectos pero
si Dios ve que esos planes no son para nuestro bien, fácilmente los derrumba: “A
cada uno le parece correcto su proceder, pero el Señor juzga los motivos” (v.
2). Muchas veces creemos estar en lo
cierto y nos parece correcto por donde vamos, pero al final nos encontraremos
con una sorpresa desagradable. El enemigo, nuestro adversario el diablo anda
como león rugiente buscando a quien devorar (1 Pedro 5:8) y no se necesita más
que un pequeño espacio, para que él en su mentira y arrogancia nos haga creer
que todo está muy bien para al concluir, darnos la mordida mortal. Él se viste
como ángel de luz para engañar a muchos (2 Corintios 11:14). Un ejemplo claro
es cuando se recurre a un médium o brujo para combatir una enfermedad;
aparentemente puede ocurrir una sanidad rápida pero esta acción terminará
destruyendo a la persona: su fin es camino de muerte (v. 25 en la lectura). Hay
que tener mucho cuidado porque ahora ya no es necesario que se vistan de magos
o brujos, los hay con corbata también, dictaminando desde un escritorio y
camilla con caras de oveja pero son lobos rapaces; su esencia de brujo sigue
latente y es fácil caer. Si en verdad somos cristianos será el Espíritu Santo
quien nos dará el discernimiento necesario para no dejarnos involucrar en casos
como éstos.
Personalmente considero
que aunque tenemos el libre albedrío, Dios es soberano y misericordioso. Nos
ama tanto, que por eso nos dejó un Consolador que es su Santo Espíritu y es Él,
quien se encarga de cambiar los planes que yo propongo para dirigirme por el
camino que es.
Amado Señor: Gracias
porque tu Santo Espíritu siempre está ahí presente para enseñarme todas las
cosas y recordarme tus instrucciones. Gracias porque es Él quien me convence de
pecado. Precioso Espíritu Santo, te amo; eres mi Ayudador, Consolador y Guía.
Sé que cuando algo no me conviene, Tú intercedes para alejarme del peligro.
Perdóname por las veces que he hecho caso omiso a tu dirección y me he dejado
guiar por el mundo. Nuevamente gracias porque moras conmigo y estás atento a
revelarme toda verdad. Gracias porque nunca me dejarás ni me desampararás.
Un abrazo y
bendiciones.
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