jueves, 5 de marzo de 2015

Al final nos asombrará su mano prodigiosa

Pero el Señor le dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? ¡Ordena a los israelitas que se pongan en marcha! 
Éxodo 14:15.

Lectura: Éxodo 14:1-31.  Versículo del día: Éxodo 14:15.

MEDITACIÓN DIARIA

Cuando los israelitas iban llegando al Mar Rojo, se atemorizaron porque vieron que caballos, carros, jinetes y tropas del faraón los seguían.  Sintieron  mucho miedo y clamaron al Señor no dejando de reclamarle a Moisés el hecho de haberlos sacado de Egipto. Moisés los calma, diciéndoles: “No tengan miedo —les respondió Moisés. Mantengan sus posiciones, que hoy mismo serán testigos de la salvación que el Señor realizará en favor de ustedes. A esos egipcios que hoy ven, ¡jamás volverán a verlos!” (v. 13).
Los israelitas tenían que calmarse y confiar en su líder para ver la gloria de Dios. Esto es lo que nos cuesta: ante las dificultades peleamos, nos estresamos, murmuramos, nos quejamos e inclusive le echamos la culpa a Dios sin darnos cuenta que si ya le hemos entregado la situación, Él se encargará de pelear por nosotros y obtendremos la victoria. Muchas veces creemos hundirnos  y no poder resistir. Sin embargo su amor es tan grande que jamás nos dejará ni abandonará. La cuestión es de creerle y confiar para después ver toda su gloria manifestada en aquello que a nuestros ojos era imposible de lograr. El Señor es el Médico por excelencia, el Abogado perfecto, el Líder mayor, el Amigo fiel y el Consejero sabio. Si no vamos a Él, ¿a quién más podemos recurrir? Al final, nos asombrará su mano prodigiosa.

Amado Señor: Permítenos estar siempre dependiendo de ti para que la aflicción no nos tome por sorpresa y que nos paremos firmemente sabiendo que hemos creído en  Dios Todopoderoso, el único capaz de asistirnos verdaderamente en momentos de angustia.

Un abrazo y bendiciones.

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